El Ejército de Pakistán afirma que fue la India quien pidió la tregua tras días de enfrentamientos y ataques aéreos en la frontera, contradiciendo versiones previas sobre el acuerdo de alto el fuego.

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El Ejército de Pakistán ha declarado que en realidad fue la India quien solicitó un alto el fuego tras los recientes enfrentamientos militares en la frontera entre ambos países, una versión que contrasta con las informaciones iniciales que indicaban un acuerdo bilateral.

Según Ahmed Sharif Chaudhry, portavoz militar paquistaní, la postura oficial de Islamabad es que nunca pidieron un alto el fuego, sino que respondieron a la petición de la India después de que esta iniciara una desescalada.

Este conflicto, que ha sido el episodio más grave en décadas en la región, comenzó el 7 de mayo cuando la India lanzó la Operación Sindoor, una serie de ataques aéreos contra supuestas bases terroristas en territorio paquistaní.

La India afirmó que estas acciones tenían como objetivo eliminar amenazas y posibles refugios de terroristas en su frontera, aunque Islamabad acusó a Nueva Delhi de matar a civiles inocentes y de realizar ataques injustificados.

Tras los bombardeos iniciales, las tensiones alcanzaron un pico en los días siguientes, con intercambios de fuego y ataques de ambos lados que provocaron la muerte de al menos 104 personas, incluyendo civiles, soldados y presuntos terroristas.

La crisis también provocó una escalada en la movilización militar en la región, poniendo en riesgo a más de mil millones de habitantes de ambas naciones.

Según el portavoz paquistaní, la India contactó a Islamabad para solicitar una tregua, y Pakistán respondió a esa solicitud con una respuesta militar que, según sus palabras, fue proporcional y “notablemente mesurada”.

En su declaración, Chaudhry detalló que Pakistán atacó 26 objetivos militares en respuesta a las agresiones indias, utilizando misiles de largo alcance como los Fateh, guiados con precisión, además de municiones de la Fuerza Aérea de Pakistán.

El funcionario también afirmó que durante las operaciones, 84 drones indios entraron en espacio aéreo paquistaní, de los cuales 84 fueron derribados y ninguno logró retornar a su país.

Sin embargo, admitió que un avión paquistaní sufrió daños menores en el enfrentamiento. La respuesta paquistaní fue considerada por algunos analistas como una medida de represalia contenida, que buscaba mostrar fortaleza sin escalar aún más el conflicto.

En declaraciones a la prensa, Chaudhry expresó que la causa de la crisis fue la agresión inicial de la India y que, en su opinión, un conflicto abierto entre ambas naciones sería una locura y una estupidez, dado el riesgo que implica para la estabilidad regional y la vida de 1.600 millones de personas en el subcontinente. Además, afirmó que no hay espacio para una guerra entre Pakistán e India y que ambos deben buscar soluciones diplomáticas.

El anuncio de un alto el fuego llegó inicialmente a través de un mensaje del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su red social Truth Social, mediado por Estados Unidos en un esfuerzo por reducir la tensión y evitar una escalada mayor.

Este conflicto, que ha sido catalogado como uno de los más graves en la región en lo que va del siglo, se originó en un contexto de largo historial de tensiones entre ambos países, que han tenido enfrentamientos militares en varias ocasiones desde la independencia en 1947.

La situación se agravó en 1999 durante la guerra de Kargil, y más recientemente en 2016 y 2019, en medio de acusaciones mutuas de apoyo al terrorismo.

Las cifras oficiales indican que al menos 104 personas han muerto en esta crisis, incluyendo víctimas civiles y militares, aunque el número exacto de bajas sigue siendo difícil de verificar debido a la opacidad de ambos lados.

La comunidad internacional continúa llamando a la calma y a la negociación, en un momento en que las tensiones permanecen elevadas y la posibilidad de una escalada mayor sigue latente.