Un backpacker danés investiga la muerte de sus amigos por una posible intoxicación masiva en Laos, revelando detalles inquietantes sobre la atención médica y la gestión del alojamiento.

Vang Vieng, un popular destino turístico en Laos, se ha visto envuelto en una tragedia reciente que ha conmocionado a la comunidad de viajeros.

Un backpacker que ha estado recorriendo el sudeste asiático se ha convertido en el promotor de una investigación para esclarecer las circunstancias que rodean la muerte de sus amigos, tras un sospechoso envenenamiento masivo por metanol.

Este trágico suceso se ha complicado por un sistema de salud local que muchos han calificado de deficiente y la falta de información del personal del albergue donde se hospedaban.

El hombre, cuya identidad ha sido mantenida en el anonimato por razones de seguridad, comenzó su investigación después de que sus amigos daneses, Anne-Sofie Coyman, de 20 años, y Freja Sorensen, de 21, fallecieran en un hospital de Laos.

Durante su indagación, ha descubierto que el *Nana Backpacker Hostel* estaba presente en ocho de los casos de hospitalización que identificó entre más de 20 encuestados.

Además de las dos chicas danesas, lograron identificarse otros casos que incluían a dos australianas, Bianca Jones y Holly Bowles, quienes también se habían hospedado en el mismo lugar y que murieron tras una noche fatídica en los días 11 y 12 de noviembre.

Ambas tenían 19 años y habían comenzado su noche con un *happy hour* de dos horas en el bar del albergue.

Trágicamente, el mismo día que las danesas fueron hospitalizadas, un ciudadano estadounidense, James Hutson, de 57 años, fue encontrado muerto en una habitación contigua rodeado de botellas vacías de vodka.

Simone White, una británica de 28 años, también fue víctima de lo que se presume es este envenenamiento, aunque su paradero previo es incierto.

La situación ha sido especialmente frustrante para el backpacker, quien ha tenido que lidiar con la falta de respuesta de las autoridades laosianas, que han guardado silencio sobre lo ocurrido.

Una de las declaraciones más alarmantes en su investigación proviene de una mujer que intentó ayudar a Coyman y Sorensen en el albergue, alegando que el personal se negó a llamar a una ambulancia a pesar de que una de las mujeres estaba teniendo una convulsión.

En lugar de buscar atención médica inmediata, una trabajadora del albergue intentó calmar a la mujer tocándole los pies y asegurándole que solo se trataba de un ataque de pánico.

Finalmente, las dos mujeres fueron transportadas al Hospital de Vang Vieng en un taxi, pero lamentablemente, la falta de atención oportuna podría haber contribuido a la fatalidad de su situación.

Este incidente ha puesto de manifiesto las serias preocupaciones sobre la seguridad y la salud de los turistas en regiones como Laos, donde el sistema de salud puede no estar preparado para manejar emergencias.

Las familias de las víctimas claman por respuestas, subrayando la necesidad de una mayor regulación en los hostales y un mejor apoyo médico para los viajeros.

La comunidad de backpackers se encuentra en estado de alerta, recordando la fragilidad de la vida y la importancia de estar atentos a la seguridad en sus aventuras.