Khalid Sheikh Mohammed, principal acusado de los ataques del 11 de septiembre de 2001, acepta declararse culpable en un acuerdo con el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Washington: Khalid Sheikh Mohammed, considerado el principal responsable de los ataques de al-Qaeda en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, ha acordado declararse culpable, según ha informado el Departamento de Defensa, lo que representa un avance significativo en un proceso que ha estado marcado por la dilación.

Este ataque, que tuvo lugar hace más de dos décadas, cambió drásticamente no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también del Medio Oriente.

Junto a Mohammed, se espera que sus coacusados, Walid Bin Attash y Mustafa al-Hawsawi, también presenten sus declaraciones de culpabilidad en la comisión militar en la Base Naval de Guantánamo, Cuba, probablemente la semana próxima.

Este acuerdo se produce más de 16 años después de que se iniciaron los procedimientos judiciales contra los implicados en el ataque terrorista, y más de 20 años después de que los militantes tomaron el control de aviones comerciales y los estrellaron contra varios edificios, causando la muerte de cerca de 3000 personas.

Los funcionarios del Pentágono no han revelado de inmediato los términos específicos del acuerdo de culpabilidad.

Sin embargo, el periódico New York Times, apoyándose en fuentes anónimas del Pentágono, ha indicado que uno de los aspectos fundamentales de este acuerdo es la condición de que los acusados no enfrenten la pena de muerte.

La noticia del acuerdo fue recibida en un tribunal federal de Manhattan por Terry Strada, presidenta nacional de un grupo que representa a las familias de las víctimas conocido como 9/11 Families United.

Strada, quien se encontraba presente en la corte durante una audiencia relacionada con uno de los múltiples juicios civiles en curso, expresó que muchas familias solo anhelaban que los acusados admitieran su culpabilidad.

"Para mí, personalmente, quería ver un juicio", comentó Strada.

"Y simplemente me han quitado la justicia que esperaba, un juicio y el castigo que merecen". Asimismo, hizo hincapié en que los planificadores del ataque demostraron cobardía en su momento y continúan haciéndolo al no enfrentar un juicio.

El caso de Khalid Sheikh Mohammed es uno de los más prolongados en la historia de Estados Unidos, y refleja las complicaciones legales y éticas en torno a los juicios militares, especialmente en un contexto donde las tensiones entre la seguridad nacional y los derechos humanos son cada vez más debatidas.

Desde el ataque del 11 de septiembre, Estados Unidos ha emprendido múltiples acciones militares en el extranjero contra grupos extremistas, y estas decisiones han generado un debate continuo sobre el impacto que han tenido en la estabilidad de Siria, Irak y otros países de la región.

En el contexto de los ataques de 2001, es importante recordar que se trató de una serie de atentados orquestados por al-Qaeda, una organización que ha perpetuado actos de terrorismo a nivel mundial.

A medida que el mundo sigue intentando sanar las heridas de esos eventos cataclísmicos, la resolución del caso de Khalid Sheikh Mohammed podría ofrecer un cierre, aunque solo temporal, para las familias que aún buscan justicia.