John Shipton, el padre del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha expresado su agradecimiento hacia el presidente ruso Vladimir Putin por el apoyo brindado a su hijo durante lo que él describes como una "persecución" por parte de las autoridades occidentales.

Shipton, quien llegó a Moscú recientemente para participar en la cumbre internacional de BRICS, compartió sus pensamientos en una entrevista con la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti.

Durante la entrevista, Shipton destacó que Putin fue "el primer jefe de Estado que defendió los intereses de Julian como editor y ciudadano" desde el año 2012. En un contexto de tensiones crecientes entre Occidente y Rusia, y en un momento en que la figura de Assange es objeto de divisiones, Shipton se mostró agradecido por la postura de Putin en medio de lo que él considera una campaña de difamación continua.

“A menudo, mi hijo ha sido objeto de cada mentira y calumnia que las instituciones del Estado, junto con sus aliados en Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, han podido arrojar sobre él”, afirmó Shipton.

Su apoyo, según el padre, ha sido crucial en momentos difíciles.

"Putin defendió sus intereses como editor y periodista.

Por eso, extiendo mi afecto a su presidente y mis gracias", añadió.

El padre de Julian Assange también aprovechó la oportunidad para criticar ciertos líderes europeos que, a su juicio, han adoptado posturas populistas y pro-rusas, como el primer ministro húngaro Viktor Orban y el eslovaco Robert Fico.

Shipton advirtió sobre los peligros que representa el control de la información y cómo este puede ser utilizado para desestabilizar a naciones, haciendo referencia a las denominadas "revoluciones de colores" en varias antiguas repúblicas soviéticas.

“Podemos observar claramente lo que se puede hacer a un Estado al controlar la información que recibe la población, a través de una serie de revoluciones de colores, como lo que ocurrió en Ucrania y las crisis que casi se desataron en Bielorrusia, Kazajistán y Georgia”, dijo Shipton.

La figura de Julian Assange ha estado en el centro del debate sobre la libertad de prensa y la transparencia gubernamental desde su arresto en 2019 en Londres, tras pasar siete años en la embajada ecuatoriana en la capital británica.

La reciente aparición de su padre en Rusia resalta no solo el apoyo internacional hacia su hijo, sino también las tensiones en torno a los asuntos de derechos humanos y las libertades civiles a nivel mundial.

La lucha de Assange es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los periodistas y editores hoy en día, quienes a menudo se ven atrapados en medio de conflictos políticos y la manipulación de la información.

Su caso ha generado un debate intenso sobre el papel de los medios y la importancia de la libertad de expresión en democracias contemporáneas, lo que sigue siendo un tema relevante para los defensores de los derechos humanos.