Durante un fin de semana en Camp David, la familia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lo instó a mantenerse en la carrera y seguir luchando a pesar de su desastroso desempeño en el debate, con algunos miembros criticando cómo su equipo lo preparó para el enfrentamiento, según cuatro personas familiarizadas con las discusiones.

Biden pasó el día recluido con la primera dama Jill Biden, sus hijos y nietos, en un viaje previamente programado al retiro presidencial en Maryland para una sesión de fotos con la famosa fotógrafa Annie Leibovitz para la próxima Convención Nacional Democrática.

La reunión también fue un ejercicio para tratar de calmar la ansiedad demócrata que ha explotado tras su actuación en el debate.

Un constante clamor para que Biden se retire ha continuado desde entonces, y una encuesta de CBS posterior al debate mostró que solo el 28 por ciento de los votantes registrados creía que Biden debería postularse para presidente, incluido solo el 54 por ciento de los miembros del propio partido del presidente.

El 72 por ciento dijo que Biden no tenía la salud mental y cognitiva para desempeñarse como presidente.

Entre los más vocales en la reunión de Camp David estaban Jill Biden y su hijo Hunter, a quienes el presidente ha recurrido durante mucho tiempo en busca de consejo.

Ambos creen que el presidente no debería retirarse cuando está abajo y creen que puede recuperarse de lo que ellos consideran una actuación mediocre.

La familia cuestionó cómo fue preparado para el debate por el personal y se preguntaron si podrían haber hecho algo mejor, según las fuentes.

La campaña de Biden ha pasado los días desde el debate, donde parecía ronco, se quedaba en silencio y a veces daba respuestas complicadas, trabajando para mantener a los donantes y simpatizantes a bordo.

En este punto del proceso, Biden probablemente tendría que decidir retirarse para que haya un nuevo candidato.

Y las personas a las que más escucha en el mundo, su esposa e hijo, le dicen que se quede.