Israel se prepara para una creciente conflictividad en Medio Oriente luego de que Irán lanzara más de 300 drones y misiles en un ataque directo al territorio israelí, desatando conversaciones sobre un contraataque y provocando una sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El ataque ha aumentado la posibilidad de una escalada militar mientras el gabinete de guerra israelí debate su próximo movimiento y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, promete un apoyo "inquebrantable" a Israel y sostiene conversaciones con líderes del G7 para asegurar una respuesta diplomática unida.
La respuesta australiana al ataque reveló la creciente división política sobre Medio Oriente.
El Partido Laborista condenó a Irán, la Coalición exigió un mayor apoyo a Israel y los Verdes apuntaron a los proveedores militares que ayudan a las Fuerzas de Defensa de Israel.
Destacados miembros de la comunidad judía australiana afirmaron que el ataque era una prueba de que Irán estaba tratando de "prender fuego a la región" al propagar terror en otros países, mientras que el Consejo Nacional de Imams de Australia pidió al gobierno que evite tomar posturas en el conflicto.
El ejército israelí derribó la mayoría de los drones y misiles durante horas de bombardeo aéreo el domingo por la mañana, ayudado por EE. UU., así como por el Reino Unido, Francia y Jordania.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, preparó al país para una respuesta al ataque de drones y misiles, la primera vez que Irán lanza un asalto directo al territorio israelí después de décadas de conflictos.
"Quien nos dañe, lo dañaremos", dijo Netanyahu.
"Nos defenderemos de cualquier amenaza y lo haremos con sensatez y determinación".