Informe sobre el auge del contrabando de cigarrillos en medio de la crisis en Gaza.

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En Oriente Medio, en la ciudad de Jerusalén, se ha detectado un crecimiento exponencial del mercado negro de cigarrillos en la sitiada Franja de Gaza, evidenciando la ausencia de ley y la desesperación en el enclave tras nueve meses de conflicto entre Israel y Hamas.

Los cigarrillos ilegales, convertidos en una de las últimas formas de moneda en Gaza, son ocultados dentro de sandías huecas y cajas de pañales, contrabandeados en camiones a través de los cruces controlados por Israel y vendidos por hasta 39 euros cada uno.

Grupos criminales esperan en las caóticas carreteras del sur de Gaza, saqueando camiones en busca de cigarrillos, según informan funcionarios humanitarios.

Una vez que los cigarrillos llegan al mercado negro, las autoridades de Hamas intentan cobrar una parte de las ventas a través de multas y extorsión, de acuerdo con comerciantes y civiles.

Esta actividad ilegal está alimentando ataques contra convoyes humanitarios, dificultando las entregas de ayuda desesperadamente necesarias mientras los funcionarios advierten sobre la posibilidad de una hambruna.

Durante sus 17 años en el poder, Hamas reguló y en ocasiones prohibió el tabaco, pero también obtuvo ganancias al gravar fuertemente el producto.


Antes de la guerra, los cigarrillos eran ampliamente accesibles en Gaza, siendo un pequeño consuelo para las personas que vivían bajo el asedio israelí y el gobierno de Hamas.

El vacío político y de seguridad en Gaza tras la guerra ha permitido que el comercio ilegal prospere, según las entrevistas realizadas a una docena de personas involucradas o afectadas por el contrabando de cigarrillos en el territorio.

La negativa del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a presentar un plan post-guerra ha prolongado el caos, frustrando a sus generales.

La ONU ha advertido que podría verse obligada a cesar sus operaciones de ayuda en la asediada Gaza si no puede proteger a sus trabajadores, entre otros factores.

Georgios Petropoulos, jefe de la oficina de coordinación humanitaria de la ONU en Gaza, afirmó que las bandas criminales han desarrollado una operación similar a un cartel.

Alimentado por la demanda de cigarrillos, cualquier camión podría ser un objetivo.