Un ataque terrorista perpetrado por extremistas extranjeros dejó cuatro muertos y varios heridos durante una misa católica en un gimnasio universitario en el sur del país.

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El domingo, las fuerzas filipinas se encontraban en alerta máxima después de que una bomba matara a cuatro personas e hiriera a varias más durante una misa católica en un gimnasio universitario en el sur del país.

Las autoridades consideraron este ataque como terrorismo islamista.

El presidente filipino Ferdinand Marcos jnr.

condenó enérgicamente este acto sin sentido y repugnante perpetrado por terroristas extranjeros.

Afirmó que aquellos extremistas que ejercen violencia contra los inocentes siempre serán considerados enemigos de nuestra sociedad.

Para garantizar la protección y seguridad de los civiles y las comunidades afectadas y vulnerables, Marcos instruyó a la policía nacional y a las fuerzas armadas a tomar todas las medidas necesarias.

Aseguró que se llevará a los responsables de este acto despiadado ante la justicia.


El ataque ocurrió en Marawi, una ciudad asediada por combatientes pro Estado Islámico durante cinco meses en 2017. Esa misma semana, se reportó la muerte de 11 combatientes en una operación militar en Maguindanao del Sur, a unos 200 kilómetros de distancia.

El general mayor Gabriel Viray III calificó el ataque en la Universidad Estatal de Mindanao como un acto terrorista y aseguró que las tropas están en alerta máxima.

Se encuentran investigando el motivo y tratando de identificar a los responsables.

Las autoridades militares inspeccionaron el gimnasio, que parecía intacto excepto por las marcas de quemaduras en el centro, donde ocurrió la explosión.

Sillas de plástico blanco estaban esparcidas por todo el lugar.