Estados Unidos ha emitido una advertencia a las naciones insulares del Pacífico en relación con la colaboración de China en temas de seguridad.
En una reciente noticia se ha revelado que China ha desplegado fuerzas policiales uniformadas en la remota nación de atolón de Kiribati, lo que ha alertado a Estados Unidos sobre posibles consecuencias.
Kiribati, una nación considerada estratégica a pesar de su tamaño reducido, ha confirmado la colaboración de oficiales chinos en labores de policía comunitaria y programas de base de datos sobre crímenes.
Ante esta situación, Estados Unidos ha expresado su preocupación por la presencia de uniformados chinos en territorios del Pacífico, especialmente en naciones con las que mantienen una estrecha relación, como es el caso de Kiribati.
La Guardia Costera de Estados Unidos está buscando incrementar su rol en la ayuda a las islas remotas del Pacífico para monitorear millones de kilómetros de océano rico en atún, una medida que también fortalece la vigilancia en medio de una rivalidad con China por los lazos de seguridad en la región.
A principios de este mes, la Guardia Costera de Estados Unidos y la policía de Kiribati abordaron dos barcos pesqueros chinos durante una patrulla contra la pesca ilegal en la vasta zona económica exclusiva de la nación, pero no encontraron problemas a bordo, según un oficial de la guardia costera.
Ante el informe de Reuters sobre la colaboración policial, un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos señaló: "No creemos que la importación de fuerzas de seguridad de la República Popular China vaya a beneficiar a ninguna nación de las islas del Pacífico.
En cambio, hacerlo corre el riesgo de aumentar las tensiones regionales e internacionales".
Se ha manifestado la preocupación por las posibles implicaciones de acuerdos de seguridad y cooperación cibernética relacionados con la seguridad con China en la autonomía de las naciones insulares del Pacífico.
Kiribati, con una población de 115,000 habitantes, alberga una estación de seguimiento satelital japonesa y controla una zona económica exclusiva de 3.5 millones de kilómetros cuadrados.
Las tensiones entre Estados Unidos y China han aumentado luego de que China anunciara planes para reconstruir una pista de aterrizaje militar de la Segunda Guerra Mundial en la isla de Kanton en Kiribati, lo que ha puesto en alerta a Estados Unidos y ha generado preocupaciones sobre la influencia de China en la región.