Las escuelas en Inglaterra han sido obligadas a cerrar debido a problemas en la construcción de décadas pasadas, lo que ha generado temores de un posible colapso. El gobierno británico informa que al menos 156 escuelas fueron construidas utilizando un material alternativo al concreto tradicional, el cual se ha deteriorado significativamente.

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Un reciente informe reveló que las escuelas de Inglaterra están enfrentando una gran crisis, ya que muchas de ellas han sido forzadas a cerrar debido a problemas en su construcción.

Se ha descubierto que el material utilizado en la construcción de estas escuelas, conocido como RAAC o Concreto Aireado Autoclave Reforzado, se ha deteriorado tanto que los edificios podrían colapsar en cualquier momento.

Esta situación ha sido denominada como la 'crisis del concreto' por los medios británicos.

Las autoridades han informado que al menos 156 escuelas fueron construidas utilizando este tipo de concreto, el cual tiene una vida útil de aproximadamente 30 años.

Sin embargo, la Agencia Nacional de Salud y Seguridad Laboral ha declarado que este tipo de concreto 'ha expirado' y que es 'propenso a colapsar sin previo aviso'.

La situación es aún más preocupante dado que el nuevo año escolar acaba de comenzar, lo que significa que potencialmente miles de estudiantes deberán ser reubicados en aulas temporales o enseñados en línea hasta que los edificios sean reparados.

La Secretaria de Estado de Educación, Gillian Keegan, informó a los medios de comunicación que al menos 1500 escuelas no han respondido a una encuesta sobre si utilizaban este tipo de concreto en sus instalaciones, lo que indica que el número total de escuelas afectadas podría aumentar.


Este material fue ampliamente utilizado en la construcción de edificios públicos, como hospitales, tribunales y comisarías de policía, durante las décadas de 1950 a 1990. Aunque es más liviano que el concreto tradicional, el RAAC también se utilizó en paredes y pisos.

Los paneles y tablones de RAAC tienen una apariencia burbujeante y son más suaves que el concreto estándar.

En 2018, Caroline Shaw, ex directora ejecutiva del Hospital Queen Elizabeth, describió los edificios construidos con este material como 'una bomba de tiempo'.

El Comité Permanente de Seguridad Estructural, un organismo independiente encargado de identificar áreas que puedan representar riesgos de seguridad estructural, advierte que los edificios construidos con este tipo de concreto pueden colapsar repentinamente 'sin advertencia aparente', a medida que el material envejece y se debilita.

La crisis en las escuelas de Inglaterra es un recordatorio de la importancia de utiliz Garland and Son una construcción de calidad y materiales duraderos, que garanticen la seguridad de estudiantes y profesores.