Donald Trump ha llevado su campaña de denigración y humillación hacia Ron DeSantis a un nuevo nivel en su discurso en Manchester, New Hampshire. Esta estrategia ha llevado a la salida de DeSantis de la contienda presidencial y ha dejado sus futuras aspiraciones políticas en ruinas.

En frente de enormes multitudes en sus mítines, Trump retrató a DeSantis como un hombre sumiso y llorón, asegurando que este había llorado y suplicado 'de rodillas' por su apoyo en las elecciones de gobernador de Florida de 2018.

En una serie de ataques sexualmente cargados, Trump insinuó, sin ninguna evidencia, que DeSantis usaba tacones altos, que podía ser gay y que quizás era un pedófilo.

Prometió que el escrutinio nacional intensivo haría que DeSantis se quejara como un niño pequeño.

Sin embargo, DeSantis evitó defenderse, lo que solo infligía más dolor a su campaña.

A pesar de haberse retratado a sí mismo como uno de los luchadores políticos más feroces del Partido Republicano, DeSantis no dio golpes contundentes en la carrera más importante de su vida política.

Ahora, ha sido derrotado y humillado.

Su retiro de la contienda el domingo fue una gran caída desde la gracia después de haber comenzado su campaña como el heredero aparente en un Partido Republicano influenciado por Trump.

Rehabilitar esa reputación mientras considera su próximo movimiento político requerirá mucho trabajo de reparación con donantes y votantes republicanos, gracias a los despiadados insultos de Trump durante 242 días en la campaña.

“No me importa si es republicano”, dijo Trump sobre su menosprecio a DeSantis en una reunión del Partido Republicano de Florida en noviembre, el territorio natal del gobernador.

“Lo golpeamos duro y ahora es como un ave herida que cae del cielo”. Pero lo que resultó aún más desolador fue la respuesta, o más bien la falta de respuesta, de DeSantis.

Después de lanzar un video de campaña en 2022 que lo presentaba como un luchador político enviado desde los cielos, pareció ser incapaz o no tener la voluntad de contraatacar a Trump o lanzar un ataque.

Incluso los asesores de Trump se sorprendieron de que la campaña de DeSantis no atacara más fuerte al expresidente en temas en los que pudiera ser vulnerable con los conservadores, como el aborto.