Najib Razak, ex primer ministro de Malasia, deberá defenderse ante un nuevo caso por abusar de un fondo de riqueza soberana mientras ocupaba su cargo, a pesar de sus intentos de disculpa.

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El ex primer ministro de Malasia, Najib Razak, se encuentra nuevamente en el centro de un escándalo de corrupción, después de que un juez de Kuala Lumpur dictaminara que existen suficientes evidencias para que un nuevo caso en su contra avance en el sistema judicial.

A sus 71 años, Razak ya se enfrenta a una condena de 12 años por su participación en el escándalo de 1Malaysia Development Berhad (1MDB), un fondo de riqueza soberana creado en 2009 con el objetivo de impulsar el desarrollo económico del país.

En este nuevo capítulo legal, se le acusa de haber obtenido de manera ilegal 524 millones de dólares estadounidenses (aproximadamente 494 millones de euros) de los fondos de 1MDB. La corte, liderada por el juez Collin Lawrence Sequerah, subrayó que todos los testigos de la fiscalía, incluida la exgobernadora del banco central de Malasia, Zeti Akhtar Aziz, son creíbles y han presentado pruebas contundentes en relación con las acusaciones.

Najib se encuentra en una situación complicada, ya que, a pesar de haber intentado disculparse por los acontecimientos que llevaron a la catástrofe financiera, continúa negando cualquier implicación criminal.

En una carta que fue leída por su hijo, manifestó un profundo asombro al reconocer la magnitud de las irregularidades que ocurrieron en 1MDB, afirmando: "Estoy en profundo shock al saber ahora la extensión de las miserias y los actos ilegales que tuvieron lugar en 1MDB. Lamento profundamente lo que ha sucedido."


El escándalo de 1MDB, que llevó a una serie de investigaciones internacionales y a la imputación de varios funcionarios, se ha convertido en uno de los casos de corrupción más notorios en la historia reciente de Asia.

Se estima que más de 4.5 mil millones de dólares (aproximadamente 4.3 mil millones de euros) fueron desviados del fondo por altos funcionarios y otros involucrados, incluyendo al conocido financista Low Taek Jho, apodado Jho Low, quien continúa prófugo.

En un giro inesperado, la pena de Najib fue reducida a la mitad por un comité de indultos presidido por el rey saliente de Malasia, lo que ha aumentado la controversia sobre su caso y ha hecho que muchos se pregunten si eventualmente podrá acceder a la libertad anticipada.

Sin embargo, si es declarado culpable en este nuevo juicio, podría enfrentarse a una pena máxima de 20 años de prisión.

A medida que las audiencias avanzan, la atención pública sigue enfocándose en la falta de apoyo popular hacia Najib, a pesar de los intentos de sus abogados de minimizar el impacto de las pruebas presentadas.

El ex primer ministro continúa manteniendo que no tenía conocimiento de la procedencia de los fondos que ingresaron en sus cuentas bancarias y que su intención jamás fue perjudicar al pueblo malasio.

Mientras el caso avanza, Malasia enfrenta un periodo de reflexión sobre la corrupción en la política y el impacto que tiene en la confianza de la ciudadanía hacia sus líderes.