El gobierno chino aumenta la edad de jubilación como respuesta a la disminución de la fuerza laboral y el envejecimiento de la población.

El gobierno de China ha tomado una decisión significativa al anunciar un aumento en la edad de jubilación por primera vez desde 1978, lo cual puede ayudar a mitigar la disminución de su fuerza laboral, pero también podría provocar descontento entre trabajadores que ya lidian con una economía en desaceleración.

Según informes de la agencia Xinhua, se estableció un plan que retrasa la jubilación de los empleados en hasta cinco años.

A partir de ahora, los hombres se jubilarán a los 63 años en lugar de a los 60. Las mujeres, por su parte, se retirarán a los 55 años en vez de a los 50 para los trabajadores comunes y a los 58 años en lugar de a los 55 para aquellos en empleos de cuello blanco.

Este cambio se implementará a lo largo de un período de 15 años, comenzando en enero, y se basará en las fechas de nacimiento de los trabajadores.

Este ajuste llega en un momento en que la población de China ha disminuido en dos millones de personas el año pasado, lo que plantea interrogantes sobre quién financiará el cuidado de los ancianos.

Con una tasa de natalidad en declive, la pregunta crítica es cómo se sostendrán las pensiones y el sistema de salud en un futuro donde se espera que la población mayor de 65 años represente el 30% de la población para el año 2035.

Aunque este movimiento podría fomentar una mayor productividad y ayudar a financiar el creciente costo de las pensiones, existe el riesgo de que genere descontento público en medio de un crecimiento económico que ha alcanzado su nivel más bajo en cinco trimestres.

La economista Michelle Lam de Societe Generale SA indica que el enfoque gradual de este aumento de la edad de jubilación probablemente toma en cuenta las posibles repercusiones negativas sobre la sociedad.

Las acciones de empresas chinas dedicadas al cuidado de la salud y atención a ancianos han experimentado un incremento tras el anuncio de esta medida, lo que sugiere que los inversores anticipan un aumento en la demanda de servicios para el cuidado de ancianos a medida que la población envejece y la presión sobre los hogares aumenta.

China posee una de las edades de jubilación más bajas del mundo, a pesar de haber visto un aumento significativo de la esperanza de vida en las últimas décadas.

Con este nuevo marco, el gobierno busca aliviar la presión que el rápido envejecimiento de la población ejerce sobre las finanzas públicas, al ampliar la base tributaria y retrasar el acceso a beneficios.

El plan responde a la necesidad urgente de adaptarse a la nueva realidad demográfica de China y maximizar el desarrollo de los recursos humanos en el país.

Esto no solo implica una transformación en las políticas laborales, sino también una exploración de las posibles protestas y acciones sociales que pueden surgir a raíz de estos cambios profundos en la vida laboral de millones de ciudadanos chinos.

En resumen, este es un movimiento que combina estrategias para afrontar desafíos económicos y demográficos a largo plazo, aunque no sin riesgos asociados.