En una misión que debía durar aproximadamente ocho días, los astronautas de la NASA Sunita Williams y Barry "Butch" Wilmore se encuentran atrapados en el espacio de manera indefinida.

Problemas técnicos como fugas de helio y algunos propulsores que dejaron de funcionar en un momento crítico del vuelo han retrasado indefinidamente el retorno de la nave, lo que ha generado preocupación tanto en la comunidad espacial como en la empresa Boeing.

La compañía necesita demostrar con urgencia que puede transportar astronautas de manera segura y superar los desafíos técnicos que han afectado al programa Starliner.

Una vez finalizada la misión, Boeing y la NASA deberán someterse a un riguroso proceso de certificación para poder llevar a cabo misiones regulares de rotación de tripulaciones con Starliner, que incluirán estancias de seis meses en la estación espacial con una tripulación completa de cuatro astronautas.

Solo entonces Starliner podrá unirse al Dragon de SpaceX, que ha estado realizando vuelos tripulados para la NASA desde 2020, cumpliendo con un contrato de 4.200 millones de dólares que la agencia otorgó a Boeing hace una década.

Después de años de contratiempos, incluido un fallido vuelo de prueba sin tripulación en 2019, Boeing ha tenido sobrecostos de aproximadamente 1.500 millones de dólares.

Necesitan que Starliner comience a realizar vuelos regulares de rotación de tripulaciones para poder empezar a recibir pagos por las misiones.

"Tengo mucha confianza en que están analizando la situación cuidadosamente y no se comprometerían con la reentrada de una nave espacial que no fuera segura", dijo Wayne Hale, ex director del programa de transbordadores espaciales de la NASA. "Para Boeing, al igual que para SpaceX, ganan dinero con las misiones posteriores a la certificación.

Esos son vuelos con ingresos.

Les gustaría recuperar sus costos de desarrollo, e incluso obtener ganancias con el ejercicio.

Así que es importante".

La industria espacial está en constante evolución y los retos técnicos forman parte intrínseca de la exploración espacial.

A lo largo de la historia, la humanidad ha superado numerosos obstáculos para alcanzar las estrellas, demostrando que la voluntad y el ingenio humano son capaces de conquistar el cosmos.