La victoria de Trump en las elecciones de EE. UU. genera reacciones en Australia, donde se afrontan retos en comercio y defensa.

Los líderes australianos están preparándose para desafíos significativos en el ámbito de la defensa y el comercio, tras el reciente indicio de que Donald Trump podría recuperar la presidencia de Estados Unidos.

La posible reactivación de la agenda 'America First' de Trump ha generado inquietudes en Australia, especialmente en cuanto a la implementación de aranceles que podrían afectar a sectores laborales como el acero y el aluminio.

Esta situación recuerda a las preocupaciones que se vivieron hace ocho años, cuando las políticas proteccionistas de Trump plantearon amenazas para numerosos empleos en el país.

El Primer Ministro, Anthony Albanese, se dirigió al parlamento australiano el miércoles para expresar su disposición a colaborar con el nuevo gobierno estadounidense.

Durante su intervención, Albanese destacó suficientemente que, a pesar de los cambios en la administración, la relación entre Australia y Estados Unidos sigue siendo fundamental para ambos países.

"Australia y Estados Unidos son aliados antiguos y verdaderos amigos.

Nuestros países comparten una historia de sacrificio y un compromiso con valores comunes", afirmó Albanese.

Se anticipa que Trump, en caso de regresar al poder, continúe apoyando el acuerdo de defensa AUKUS, que incluye la colaboración en la construcción de submarinos nucleares para Australia.

Sin embargo, expertos en política exterior advierten que podría esperar que Australia asuma una mayor parte de los costos de este acuerdo, lo que podría complicar las relaciones futuras en materia de defensa.

Por otro lado, el líder de la oposición, Peter Dutton, también se manifestó ante el parlamento el mismo día, resaltando la importancia de la cooperación económica y de industria entre ambas naciones.

Dutton hizo hincapié en que, bajo la administración de Trump, el mundo podría beneficiarse del fortalecimiento de sus aliados.

“Estados Unidos ha sido una fuerza indiscutible para el bien en el mundo.

Cuando nuestro aliado cercano está fuerte y en su mejor momento, el mundo está en su mejor momento”, afirmó.

La reacción de antiguos líderes también fue notable; el ex primer ministro Scott Morrison predijo la victoria de Trump poco después de las 3:30 PM hora de Australia, en un momento en que muchos analistas estadounidenses eran escépticos sobre el resultado.

Morrison se mostró optimista, afirmando que Australia no debería temer ante los cambios que puedan surgir con el regreso de Trump.

A medida que Estados Unidos atraviesa un nuevo capítulo político, la atención se centra en cómo esto afectará a la política exterior y las relaciones comerciales de Australia.

Con negociaciones comerciales y alianzas estratégicas en la línea de fuego, el país se prepara para enfrentar los desafíos que podrían surgir con un Trump reelección.

Si bien existen áreas de preocupación, los líderes australianos parecen determinados a garantizar que la colaboración entre ambos países continúe siendo productiva y positiva, con un enfoque renovado en la defensa y el comercio.