En Medio Oriente, el judaísmo documenta la expulsión y el sufrimiento del pueblo judío a través de sus festivales y conmemoraciones.

Existe un fuerte tema de resiliencia, pero también un temor omnipresente, que con demasiada frecuencia se ha demostrado justificado.

En las últimas semanas, el Estado judío de Israel ha sufrido un brutal asalto, calificado como un ataque terrorista, mientras que muchos grupos pro-palestinos lo han llamado una 'intifada' para insinuar que era obra de combatientes por la libertad que resisten el colonialismo.

Un soldado israelí inspecciona vehículos quemados en el sangriento ataque transfronterizo del 7 de octubre realizado por militantes de Hamas.

Crédito: AP

Hamas registró y transmitió las imágenes de sus atrocidades el 7 de octubre para asegurarse de que Israel y el mundo supieran exactamente lo que había hecho.

Israel ha respondido con dureza en Gaza, matando a muchos civiles en la densamente poblada región para alcanzar objetivos de Hamas.

Las autoridades palestinas afirman que casi 10.000 civiles han muerto, más de un tercio de ellos niños.

A medida que los cuerpos se acumulaban, el breve momento de simpatía por Israel se desvaneció y surgió una ola de sentimiento anti-judío en todo el mundo.

El reproche militar de Israel a Hamas horroriza a los espectadores.

En particular, las democracias liberales de Israel tienen dificultades para asumir la masacre y la muerte de niños.

Los israelíes, al igual que las personas judías, y todas las personas con sentimientos, también se horrorizan por las muertes en todo el mundo.

Pero el aumento del antisemitismo ha recordado a las personas judías la razón por la cual Israel es tan importante para ellos: el reducido territorio donde hace más de 1000 años se encontraba la ciudad judía de David, concedida a los judíos a partir de los restos del Imperio Otomano, es más que un lugar.

Es una afirmación de que los judíos tienen derecho a existir.

Hamas no cree que tengan derecho a existir.

La misión declarada del grupo terrorista es exterminar a los judíos.

Los llamamientos a la paz en Medio Oriente parecen ilusorios por dos razones.

La primera es que Israel sabe que si su respuesta a los terroristas no es convincente, los ataques se intensificarán.

El grupo terrorista libanés respaldado por Irán, Hezbollah, ya se ha unido a Hamas en lanzar ataques contra la nación de 10 millones de habitantes.

La segunda es que el aumento en el antisemitismo mundial recuerda a las personas judías que es posible que nunca estén verdaderamente seguras en ningún lugar.

Esto intensifica, en lugar de debilitar, el deseo de tener una patria defendible.

La ola de antisemitismo mundial ha sido impactante pero no sorprendente.

La Biblia documenta el desplazamiento repetido de las tribus hebreas.

Shakespeare, en 'El mercader de Venecia', documenta cómo el pueblo judío ha sido despreciado y deshumanizado por ganarse la vida en las tierras a las que huyen.

Los pogromos y la persecución han sido visitados a los judíos en todo el mundo.

Las esvásticas y los insultos antisemitas han aparecido en ciudades de todo el mundo, a menudo junto a declaraciones de apoyo a los civiles palestinos.

También hemos tenido nuestras propias versiones aquí en Australia.

En Sídney, 48 horas después de los ataques a israelíes inocentes, algunos manifestantes pro-palestinos gritaron 'malditos judíos' y lanzaron bengalas contra la Ópera de Sídney cuando se iluminó con los colores de la bandera israelí.