El presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha generado controversia por su comportamiento durante la entrega del trofeo tras la Copa Mundial Femenina de la FIFA. Esta situación no se trata simplemente de un beso, sino de la seguridad de las mujeres y niñas al jugar el deporte que aman. La falta de responsabilidad y la protección de hombres poderosos en el fútbol español ha desencadenado una ola de apoyo hacia las jugadoras y una creciente lucha contra la misoginia y el machismo en el deporte.

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La entrega del trofeo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA fue seguida de un alboroto generado por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales.

Durante la ceremonia, Rubiales besó de manera agresiva a la jugadora española Jenni Hermoso, lo que desencadenó una serie de eventos completamente fuera de control.

Lo que parecía ser un momento de alegría y celebración para las jugadoras y los aficionados se convirtió rápidamente en un circo mediático marcado por la falta de sinceridad y las declaraciones incorrectas de parte de Rubiales y la RFEF. Además, varios miembros del personal de la federación renunciaron en señal de protesta, FIFA suspendió a Rubiales y el entrenador del equipo, Jorge Vilda, mostró inicialmente su apoyo al presidente para luego distanciarse de él.

Esta situación no se trata simplemente de un beso.

Se trata de la seguridad de las mujeres y niñas al jugar un deporte que aman.

Es lamentable ver cómo las jugadoras deben acortar sus momentos de felicidad para enfrentarse a un caos completo.

El caso de Rubiales es solo un ejemplo más de hombres que abusan de su poder en el fútbol femenino en España.

La federación está casi completamente compuesta por hombres, lo que refleja la falta de equidad y representación de las mujeres en puestos de poder.

Afortunadamente, cada vez hay más mujeres y aliados que apoyan a las jugadoras y que luchan contra la misoginia y el machismo en el deporte.

Jugadores como Iker Casillas, Andrés Iniesta y el legendario Xavi han hablado en contra de Rubiales y han demostrado su apoyo a las jugadoras.

Incluso se ha instado a la dimisión de Rubiales por parte de varias figuras políticas en España.


La situación ha llegado a tal extremo que los fiscales españoles han anunciado una investigación preliminar para determinar si el beso de Rubiales podría considerarse asalto sexual.

Sin embargo, este caso no se limita a un solo beso.

Se trata de la seguridad y el respeto hacia las mujeres en el deporte, no solo en España, sino en todo el mundo.

Es alarmante ver cómo se protege a personas deshonestas y deplorables en el fútbol.

Es hora de que las federaciones y organismos rectifiquen y tomen medidas enérgicas contra el abuso y la discriminación en el deporte.

Este momento puede ser un punto de inflexión en la historia del fútbol femenino en España.

Las jugadoras están mostrando valentía y apoyo hacia su compañera que fue agraviada frente al mundo entero.

Este movimiento puede marcar un antes y un después en la lucha contra el abuso en el deporte.

Es importante que otros países, como Canadá, también reflexionen sobre sus propios espacios deportivos y se aseguren de que se estén creando ambientes seguros y equitativos para las jugadoras actuales y futuras.

A pesar de los avances en el fútbol femenino, todavía hay mucho por hacer para combatir el machismo y la misoginia en el deporte.

Esperemos que este incidente con Rubiales sea un llamado de atención para otros hombres que faltan el respeto a las mujeres tanto dentro como fuera del campo de juego.

El fútbol debe ser un espacio seguro y acogedor para todas las personas, independientemente de su género.

Es hora de que se tomen medidas sólidas y se acabe con la impunidad de quienes perpetúan la violencia y la discriminación en el deporte.