Con motivo del Día Mundial del Ictus, Euskadi llevó a cabo una iniciativa para sensibilizar sobre la relación entre el consumo de sal, la hipertensión y el riesgo de ictus, además de promover hábitos saludables y nuevas estrategias de atención sanitaria.
La jornada, celebrada en el Hospital Universitario Donostia, se centró especialmente en el consumo de #sal y su vínculo directo con la hipertensión arterial y la probabilidad de sufrir un ictus.
La hipertensión es reconocida mundialmente como uno de los principales factores de riesgo modificables para esta enfermedad neurológica, la cual puede presentar graves consecuencias sociales y personales.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo recomendado de sal es de aproximadamente 5 gramos al día, equivalente a una cucharadita, pero en #Euskadi el consumo medio se sitúa en torno a 9,6 gramos diarios, casi el doble del límite aconsejado.
Reducir la ingesta de sal ha demostrado disminuir la presión arterial y reducir en un 25% el riesgo de padecer un ictus, una meta que las instituciones sanitarias buscan promover activamente.
Durante la actividad, profesionales de la Unidad de Ictus del Hospital Donostia instalaron una carpa informativa donde ofrecieron charlas y distribuyeron material divulgativo sobre los efectos nocivos del consumo excesivo de sal.
Además, se presentaron sustitutos saludables de la sal, diseñados para facilitar cambios en los hábitos alimentarios. Entre estos, destacan la sal hiposódica, en la que parte del sodio es reemplazada por potasio, y las mezclas de hierbas aromáticas con bajo contenido de sal, también la sal de salicornia y la levadura nutricional.
Estos productos ayudan a reducir la ingesta de sodio y aportan sabor a las comidas sin comprometer la #salud cardiovascular.
A fomentar estos cambios se sumó la distribución de bolsitas con sustitutos saludables, dirigidas tanto a pacientes como a sus familiares, con la finalidad de sensibilizar sobre la #prevención del #ictus mediante modificaciones en la alimentación.
Junto a la sensibilización, Osakidetza ha impulsado la creación de la Escuela de Ictus en el Hospital Universitario Donostia. Este programa, que desde su inicio en octubre, involucra a cerca de 50 familias, busca potenciar la recuperación y el autocuidado de las personas afectadas por esta enfermedad.
Los profesionales de distintas disciplinas ofrecen formación sobre el control de factores de riesgo, rehabilitación, alimentación saludable y mejoras en la calidad de vida.
La iniciativa forma parte de un plan más amplio de humanización e innovación en la atención al ictus
La iniciativa forma parte de un plan más amplio de humanización e innovación en la atención al ictus, alineado con los objetivos del Pacto Vasco de Salud.
El avance en la atención especializada y la reducción de la mortalidad por ictus en Euskadi han sido notables en la última década, con un descenso anual del 2,8%.
En 2024, se atendieron en la región cerca de 7.500 casos, distribuidos entre las provincias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, siendo Gipuzkoa el territorio con mayor número de pacientes, específicamente 2.674 en total. De estos, más de la mitad tenían más de 75 años, aunque también un porcentaje importante pertenecía al grupo de entre 46 y 75 años.
La estrategia vasca de atención al ictus se basa en un modelo que prioriza la detección precoz, la derivación rápida y la atención especializada en unidades de ictus acreditadas.
Varias instituciones, como el Hospital de Galdakao-Usansolo y el Hospital de Basurto, han obtenido la certificación europea para sus unidades, garantizando así un alto estándar en el tratamiento.
Además, en Álava, el Hospital Universitario de Álava ha incorporado servicios específicos como consulta de disfagia y atención logopédica, reforzando la atención integral.
Euskadi continúa reforzando su compromiso con la prevención y la atención del ictus, consciente de que sigue siendo una de las principales causas de mortalidad regional, especialmente entre las mujeres.
El foco está en promover hábitos de vida saludables, como la actividad física regular, el control de hipertensión, diabetes y fibrilación auricular, además de reducir factores de riesgo como el tabaquismo, el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, las drogas y el estrés.
Diversos programas y recursos digitales, como la plataforma Osasun Eskola, facilitan a los ciudadanos información y herramientas para prevenir el ictus y gestionar su salud.
La integración de estas iniciativas refleja la voluntad de la comunidad vasca de avanzar hacia una sociedad más saludable, consciente y preparada para combatir esta enfermedad.
