Ana Telleria, responsable de Regeneración de Barrios y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, participó en el International Social Housing Festival en Dublín, compartiendo el éxito del modelo vasco basado en la participación vecinal, la sostenibilidad y la gobernanza local en proyectos de regeneración urbana. El programa Bultzatu 2025 ha permitido transformar 25 barrios en 21 municipios con una inversión significativa procedente de fondos propios y europeos.

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En Euskadi, el enfoque integral de regeneración urbana promovido por el Gobierno Vasco ha recibido reconocimiento internacional, especialmente en eventos como el International Social Housing Festival celebrado en Dublín del 4 al 6 de junio de 2025.

Ana Telleria, responsable de la Dirección de Regeneración de Barrios y Agenda Urbana del gobierno vasco, fue una de las ponentes principales en la mesa redonda titulada “Avanzando hacia ciudades climáticamente justas: Descarbonizando con inclusión el parque de viviendas”.

Durante su intervención, Telleria destacó que el modelo vasco de regeneración urbana ha demostrado ser efectivo y justo, logrando transformar barrios vulnerables mediante estrategias basadas en la participación activa de las comunidades locales, la sostenibilidad ambiental y una gobernanza eficaz.

Esta iniciativa forma parte de la Agenda Urbana Bultzatu 2050, una hoja de ruta que busca convertir Euskadi en una región más inclusiva, eficiente en el uso de recursos y resistente a los cambios climáticos.

El programa Bultzatu 2025 ha movilizado aproximadamente 125 millones de euros en inversiones, combinando recursos del propio gobierno vasco con alrededor de 23 millones de euros provenientes de fondos europeos, en su mayoría del mecanismo Next Generation UE.

Estas cifras ilustran el compromiso de la región con la mejora de las condiciones de vida en áreas vulnerables a través de proyectos integrales. Se ha priorizado la rehabilitación energética y la accesibilidad de 435 edificios residenciales, que albergan cerca de 3,800 viviendas.

Una de las claves del éxito es el modelo Opengela, implementado por el Gobierno Vasco, que consiste en la creación de oficinas técnicas de proximidad en el corazón de los barrios en proceso de regeneración.

Estas oficinas actúan como ventanillas únicas, facilitando la gestión de trámites y movilizando recursos para la rehabilitación de edificios y la mejora del espacio público, siempre desde una perspectiva comunitaria y participativa.

La participación de los residentes y el involucramiento de las administraciones locales han sido fundamentales para lograr una alta aceptación y un desarrollo sostenible en estos proyectos.

Telleria explicó que “la implicación de la ciudadanía y el apoyo de los ayuntamientos han sido determinantes para el éxito de estas intervenciones”.

Además, se destacó la importancia de entender y aprovechar los mecanismos de financiación disponibles para garantizar que la población más vulnerable tenga acceso a estos beneficios.

Este enfoque ha sido reconocible a nivel internacional, con expertos de países como Italia, Croacia, Cataluña y Euskadi compartiendo sus experiencias en colaboración con organizaciones y consultoras especialistas en desarrollo sostenible.

El evento ha puesto en evidencia cómo la colaboración entre instituciones y comunidades es esencial para construir ciudades resilientes, ecológicas e inclusivas.

Históricamente, Euskadi ha sido una región pionera en políticas de desarrollo urbano sostenibles desde principios del siglo XX, con proyectos de renovación urbana en Bilbao y Vitoria que marcaron el camino a seguir.

La iniciativa actualmente en marcha continúa esa tradición, aplicando conocimientos y metodologías innovadoras para responder a los desafíos del cambio climático y la desigualdad social.

En suma, la experiencia vasca en regeneración urbana representa un ejemplo de buenas prácticas que pueden ser replicadas en otros territorios, promoviendo no solo la mejora de viviendas sino también el fortalecimiento del tejido social y la protección ambiental.

La participación ciudadana, combinada con una planificación estratégica y el uso eficiente de fondos públicos y europeos, parecen ser las claves para avanzar hacia ciudades más sostenibles y justas en el siglo XXI.