Un nuevo estudio en Euskadi revela los desafíos y avances en la utilización de la bicicleta por parte de las mujeres, destacando la persistencia de prejuicios y la necesidad de urbanismo más inclusivo y sostenible.
El reciente estudio titulado “Mujeres en bici por las calles de las capitales vascas. Diagnóstico participativo con perspectiva de género”, presentado por Emakunde en la Zikloteka de Donostia, analiza en profundidad las motivaciones, experiencias y barreras que enfrentan las mujeres ciclistas en el territorio vasco.
Este proyecto, resultado de una beca de investigación en #igualdad de género, fue realizado por la investigadora Laura Latorre Hernando y Guillermo Vera Idoate, expertos en estudios sociales y movilidad sostenible.
La investigación se basa en entrevistas y relatos de mujeres que utilizan la bicicleta como medio de transporte urbano, permitiendo así captar de primera mano sus percepciones y dificultades.
El análisis revela que, aunque cada vez más mujeres se están incorporando a la movilidad en bicicleta, existen retos vinculados a la #infraestructura urbana y a las desigualdades sociales.
La principal conclusión del estudio es que todavía persiste una importante brecha de género, alimentada por la falta de carriles bici seguros, la insuficiente planificación urbana centrada en necesidades femeninas, y los estereotipos que asocian a la bicicleta con roles masculinos o actividades recreativas.
Además, muchas mujeres reportan experiencias de acoso o violencia en el entorno urbano, lo que limita su libertad para desplazarse en bicicleta.
Desde una perspectiva histórica, cabe recordar que las mujeres en #Euskadi han tenido una presencia significativa en movimientos sociales y en la lucha por la igualdad, pero su participación en ámbitos como la movilidad sostenible todavía requiere mayor impulso.
En los años 80, las campañas por la igualdad de #género en el País Vasco comenzaron a enfocarse en aspectos laborales y educativos, dejando de lado en parte el transporte y la movilidad.
La promoción de la bicicleta ha sido vista como una vía para fomentar la autonomía y el empoderamiento femenino
Sin embargo, en la última década, la promoción de la bicicleta ha sido vista como una vía para fomentar la autonomía y el empoderamiento femenino.
Por otro lado, la secretaria general de Emakunde, Noemí Ostolaza, destacó en la presentación que comprender el uso de la bici desde una mirada de género no solo implica identificar obstáculos, sino también imaginar ciudades más inclusivas donde pedalear sea una opción segura, equitativa y libre para todas.
La planificación urbana y la política de transporte juegan un papel fundamental en este proceso, ya que deben adaptarse a las necesidades de mujeres y hombres, promoviendo espacios públicos más seguros y acogedores.
Las mujeres ciclistas valoran la bicicleta por ser un medio de transporte práctico, económico y autónomo, especialmente en un contexto donde la brecha de tiempo y los cuidados siguen siendo desventajas para muchas.
Sin embargo, el estudio advierte que el incremento en el número de desplazamientos en bicicleta también está mediado por el género y las condiciones sociales, por lo que es imprescindible implementar políticas públicas que fomenten un urbanismo feminista.
Entre las recomendaciones del informe destacan campañas de sensibilización, programas de formación en el uso y mantenimiento de bicicletas, así como incentivos para desarrollar infraestructuras seguras, como aparcamientos adecuados y carriles bici que conecten los barrios de manera eficiente y segura.
La promoción de un desarrollo urbano compacto y la creación de ciudades más sostenibles y justas son parte de las metas que buscan reducir las desigualdades en movilidad.
En definitiva, el estudio evidencia que, si bien en Euskadi se avanza hacia una mayor participación de las mujeres en la movilidad ciclista, todavía queda mucho por hacer en materia de infraestructura, cultura y políticas públicas.
