El Parlamento Vasco conmemora el Día de la Memoria en un acto que destaca la importancia de recordar el pasado para fortalecer la convivencia y los derechos humanos en Euskadi.
Este año, el acto central tuvo lugar en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz, organizado por el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos—Gogora, en presencia de numerosos representantes institucionales, víctimas y familiares afectados por diversos episodios de violencia.
El Lehendakari Imanol Pradales reiteró durante su discurso la profunda huella que han dejado las diferentes expresiones de violencia en la historia de Euskadi, como la guerra, la dictadura, el terrorismo y otras formas de represión.
Subrayó la necesidad de mantener viva una memoria honesta y constructiva que ayude a construir una sociedad más justa y pacífica. "Aunque quisiéramos pensar que el sufrimiento ha quedado atrás, la realidad es que siguen presentes en nuestras memorias y en la de quienes padecieron esas décadas de violencia", afirmó.
Historicamente, #Euskadi ha enfrentado períodos de gran tensión política y social. Desde los años 60 hasta la década del 2000, la región vivió episodios de violencia perpetrados por ETA, Fuerzas de Seguridad y otros actores. La memoria de estas heridas aún es palpable en la conciencia colectiva y en las políticas públicas destinadas a facilitar la reconciliación.
Pradales añadió que la clave para avanzar reside en una memoria que sea tanto crítica como terapéutica. Esto implica reconocer y aceptar el dolor sin dejarse amedrentar por él, buscando siempre la empatía y la reparación a las víctimas. "Es fundamental que las nuevas generaciones conozcan y aprendan del pasado para que errores similares no vuelvan a repetirse", expresó.
Por su parte, la Consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, destacó el papel fundamental que desempeñan las víctimas en la construcción del consenso social.
Ellas, mediante sus testimonios, sirven como un recordatorio de los horrores que no deben volver a suceder. San José enfatizó que estas voces son un activo imprescindible para fomentar la #convivencia y el respeto mutuo.
En el acto, participaron más de 50 víctimas de diferentes tipos de violencia: de ETA, GAL, grupos de extrema derecha y violencia policial ilícita.
Se reunieron representantes de diversas organizaciones y fundaciones como la Fundación de Víctimas del Terrorismo, la Fundación Fernando Buesa Blanco, la Asociación de Víctimas del Terrorismo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y otras.
También se llevaron a cabo coloquios y testimonios en los que víctimas de diferentes épocas compartieron sus experiencias con el público, en un esfuerzo por humanizar el relato y promover la empatía.
Entre las personalidades presentes se encontraban Maixabel Lasa, quien tras perder a su esposo Juan Mari Jauregi en un atentado de ETA, se convirtió en una referente en la atención a víctimas y en la búsqueda de la reconciliación.
También estuvo Amelia Machimbarrena, nieta del coronel Diego Fernández Montes, asesinado por ETA en 1978, quien recientemente fue homenajeada con una placa en su memoria en San Sebastián.
Ixone Fernández, víctima de tortura y exdetenida por colaborar con ETA, compartió su experiencia, resaltando la importancia de la verdad y la justicia.
El acto contó con la participación de altos cargos políticos, incluyendo a la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, y la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, Maider Etxeberria, además de representantes de los tribunales y de las diputaciones forales de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava.
La presencia de estos actores evidenció el compromiso institucional para seguir promoviendo una memoria activa y una convivencia basada en el respeto a los derechos humanos
La presencia de estos actores evidenció el compromiso institucional para seguir promoviendo una memoria activa y una convivencia basada en el respeto a los derechos humanos.
Desde hace décadas, Euskadi ha avanzado en la implementación de políticas públicas dedicadas a la reparación, reconocimiento y respeto hacia las víctimas, promoviendo procesos de diálogo y comprensión.
La memoria histórica, lejos de ser un ejercicio de confrontación, se presenta como una herramienta necesaria para consolidar una identidad plural y respetuosa.
En años recientes, la región ha fortalecido su compromiso con procesos de memoria pública, incluyendo la colocación de placas y la realización de actos conmemorativos en diferentes ciudades.
La sociedad vasca busca así aportar a la reconciliación y evitar que el odio y el sectarismo vuelvan a sembrar la discordia.
Este día no solo es un homenaje a quienes sufrieron heridas y pérdidas, sino también una oportunidad para reforzar los valores democráticos y la defensa de los derechos humanos, que deben ser pilares inquebrantables en el camino hacia la paz.
