El Gobierno Vasco presenta LANERA, una iniciativa para integrar el euskera en la vida económica y social, promoviendo su uso en sectores clave como la industria, comercio y hostelería mediante un modelo de gobernanza compartida y un diagnóstico participativo.

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La iniciativa se presentó recientemente en un evento celebrado en el BEC, donde participaron alrededor de 125 representantes de ayuntamientos, mancomunidades y agencias de desarrollo de toda la región.

Impulsado por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, LANERA surge con el propósito de integrar el #euskera en el corazón del #desarrollo económico del territorio, creando un espacio donde la lengua sea valorada como un recurso estratégico para la competitividad y la calidad en servicios y productos.

Durante el acto inaugural, la Vicelehendakari y consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea, enfatizó que promover la utilización del euskera en el ámbito económico es un paso fundamental para que la lengua sea una parte natural de la vida cotidiana y laboral en Euskadi.

El proyecto se apoya en un proceso de escucha activa y participación que ha abarcado distintas fases en los últimos meses. Esto incluyó visitas a 21 comarcas y las tres capitales del territorio, reuniones con más de 300 representantes municipales y la recopilación de más de 600 experiencias relacionadas con el uso del euskera en empresas, comercios y servicios.

Estos datos han permitido realizar un diagnóstico inicial que señala cinco conclusiones principales:

Primero, que existe un compromiso considerable con el uso del euskera, aunque disperso en diferentes áreas; segundo, que hay notables diferencias en los recursos disponibles entre los municipios; tercero, que los sectores de la industria, comercio y hostelería presentan necesidades distintas y específicas; cuarto, que existe una saturación perceptible en la cantidad de logos, campañas y acciones promocionales relacionadas con la lengua; y quinto, que cada vez más el euskera se percibe como un valor añadido en la atención al cliente, el turismo y los servicios.

Durante el encuentro, los asistentes trabajaron en mesas sectoriales centradas en industria, comercio y hostelería, con el objetivo de contrastar el diagnóstico y proponer vías de mejora adaptadas a cada realidad.

Sino un proceso colectivo cuyo objetivo es que el euskera ocupe un lugar natural en la actividad económica y en la vida diaria de la ciudadanía

La vicelehendakari destacó que LANERA no es simplemente un documento o una campaña, sino un proceso colectivo cuyo objetivo es que el euskera ocupe un lugar natural en la actividad económica y en la vida diaria de la ciudadanía.

Además, se subrayó el carácter participativo del proyecto, en el que diferentes actores de la sociedad vasca tienen un papel activo. La implicación de alcaldes, técnicos y representantes de agencias de desarrollo es clave para diseñar estrategias efectivas y sostenibles a largo plazo.

Entre las autoridades que intervinieron durante la jornada se encuentran Juan Carlos Medina, alcalde de Salinas de Añana; Alazne Txurruka, alcaldesa de Deba; Martin Aramendi, alcalde de Ataun y presidente de UEMA; Josu Larrañaga, técnico de la Mancomunidad del Txorierri; y Xabi Perez, responsable de Industria en la Agencia de Desarrollo Goieko.

El proyecto LANERA, por tanto, busca aprovechar el potencial del euskera como valor diferenciador y elemento de cohesión social y económica. En un contexto en el que muchos sectores en Euskadi están trabajando por modernizarse y potenciar sus recursos, la lengua se presenta como un aspecto clave para reforzar la identidad vasca y promover una economía más inclusiva y competitiva.

La iniciativa se suma a otros esfuerzos históricos por preservar y dinamizar el euskera, que después de siglos de marginación, en las últimas décadas ha visto un importante proceso de revitalización impulsado por políticas públicas y el compromiso social.

Con la llegada de estos nuevos proyectos, Euskadi continúa avanzando en la construcción de una identidad pluricultural y bilingüe, donde el euskera no solo es un símbolo cultural, sino un activo estratégico para el desarrollo sostenible del territorio.