El verano de 2023 en Euskadi se destaca por ser uno de los más calurosos y secos desde 1970, con temperaturas récord y varias olas de calor de larga duración, según Euskalmet. Este episodio climático ha tenido un impacto significativo en la región, con varias jornadas en las que se superaron los 43°C, y en algunos casos, las temperaturas máximas absolutas en estaciones de medición. Se registraron hasta tres olas de calor, incluyendo la más prolongada en agosto, superando récords históricos y prolongando una tendencia de aumento de temperaturas a nivel global desde la década de 1970.

Según la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, esta temporada estival presentó una anomalía de 1.6 °C sobre la media del período 1991-2020, principalmente en una continuidad de fenómenos climáticos que muestran una tendencia global de incremento de temperaturas alimentada por el cambio climático.
El verano comenzó con temperaturas extremadamente elevadas, alcanzando una anomalía de 3.1 °C en junio, lo que equipara a las series históricas más calurosas, junto con 2003. A medida que avanzaba la temporada, el calor se intensificó en diferentes períodos, especialmente en agosto, cuando se produjeron #olas de calor que duraron varios días, siendo la más larga la que ocurrió entre el 10 y el 17 de agosto.
Durante este episodio, se alcanzaron récords históricos en varias estaciones de medición, con temperaturas que superaron los 44 °C en algunos puntos del País Vasco.
Uno de los hitos más destacados fue el registrado en la estación de Sodupe-Cadagua, donde el 15 de agosto se alcanzaron los 44.9 °C, y en otras estaciones del oeste de la región, como Gardea y Igorre, las temperaturas llegaron a los 44 °C y 43.8 °C respectivamente. Este repunte en las temperaturas máximas absolutas refleja la intensidad de las olas de calor y su impacto en la salud y la agricultura local.
En el interior de Euskadi, zonas como Arrasate y Balmaseda también vivieron jornadas de gran agobio térmico, con registros superiores a los 41 °C.
El episodio de calor más prolongado en la región, que duró 8 días, superó en duración al evento registrado en 2003, que permaneció activo durante 12 días, y al de 1987, con 10 días.
En estos episodios, la persistencia de altas temperaturas resultó en una mayor amenaza de incendios forestales y en un incremento de la demanda eléctrica debido a la necesidad de refrigeración.
El mes de julio, por su parte, estuvo marcado por temperaturas elevadas en las comarcas litorales, con registros que en el oeste superaron los 38 °C, aunque las temperaturas se estabilizaron en gran parte del territorio en comparación con junio.
Sin embargo, en agosto, las temperaturas volvieron a dispararse, con picos en las comarcas interiores y especialmente en el Gran Bilbao, donde también se registraron temperaturas cercanas a los 43 °C.
El 27 de junio y el 1 de julio se produjeron olas de calor causadas por la entrada de masas de aire cálido de origen norteafricano
El 27 de junio y el 1 de julio se produjeron olas de calor causadas por la entrada de masas de aire cálido de origen norteafricano, que elevaron las temperaturas en varias zonas, en especial en el interior de Araba, donde algunos lugares alcanzaron los 40 °C.
La insolación también fue inusualmente elevada, con un incremento del 5-10 % en las horas de sol, especialmente en la Vertiente Mediterránea, que recibió más de 600 horas de sol en ciudades como Bilbao y Vitoria-Gasteiz.
A nivel de precipitación, la mayor cantidad de lluvias se concentró en el nordeste de Gipuzkoa, donde diversas estaciones superaron los 300 litros por metro cuadrado, destacando Eskas con 514,5 l/m² y Ereñozú con 391,3 l/m².
Estas precipitaciones contrastaron con las sequías que afectaron otras regiones en años anteriores, reflejando en parte los cambios en los patrones de precipitación atribuibles al cambio climático.
Por la dimensión de los eventos de calor, el Gobierno Vasco emitió 12 alertas naranjas y 72 avisos amarillos durante los meses estivales, alertando sobre temperaturas extremas, riesgo de incendios, precipitaciones intensas y peligro en la navegación.
La atención a estos fenómenos continúa siendo prioridad, dada la tendencia de incremento en la frecuencia y gravedad de olas de calor y eventos meteorológicos adversos en #Euskadi y en gran parte del mundo, en línea con los pronósticos científicos sobre el impacto del cambio climático en el futuro cercano.