A medida que la Seguridad Social estadounidense celebra su noventa aniversario, el Congreso enfrenta un plazo límite para resolver sus problemas económicos, que podrían impactar también a beneficiarios en Europa debido a posibles cambios en los pagos.

Sin embargo, detrás de esta celebración, persiste una problemática que ha ido en aumento durante años: la crisis financiera que enfrenta el sistema de Seguridad Social, una de las instituciones más emblemáticas y fundamentales del país.
Supuestamente, la crisis se origina en que la agencia ha estado pagando más beneficios de los que recibe a través de las contribuciones de impuestos sobre la nómina.
Durante el período fiscal 2020 a 2023, se estima que la SSA sobrepagó aproximadamente 12,8 mil millones de euros (equivalente a los 13,6 mil millones de dólares reportados en EE.
UU.) en beneficios, y se presume que muchos beneficiarios han recibido pagos indebidos. Aunque no se ha confirmado cuántas personas han sido afectadas exactamente, las autoridades advierten que, si no se toman medidas, el fondo de reserva de la #Seguridad Social podría agotarse en menos de una década.
El problema principal radica en que los ingresos del sistema, provenientes principalmente de impuestos sobre la nómina, no alcanzan a cubrir los beneficios otorgados.
Se calcula que, en 2024, la diferencia entre ingresos y pagos será de alrededor de 350 mil millones de euros (unos 375 mil millones de dólares). Esto ha llevado a que el Congreso tenga hasta finales de 2025 para aprobar reformas que aseguren la sostenibilidad del sistema, de lo contrario, los beneficios podrían reducirse en un 20% o más.
Supuestamente, las implicaciones de esta crisis no se limitan solo a Estados Unidos. Presuntamente, la comunidad internacional, especialmente en Europa, podría verse afectada de diversas maneras. La Seguridad Social estadounidense mantiene acuerdos con algunos países europeos, y supuestamente, cambios en los pagos o en las condiciones de acceso podrían afectar a los expatriados y jubilados que residen en el Viejo Continente y dependen de estos beneficios.
Por ejemplo, en países como España, Italia y Alemania, miles de jubilados estadounidenses reciben transferencias mensuales que, supuestamente, podrían verse reducidas si la situación no se arregla.
Además, algunos expertos presumen que, en un escenario extremo, la incertidumbre en EE. UU. sobre el futuro del sistema podría generar inestabilidad en los mercados financieros internacionales, afectando las pensiones y fondos de inversión europeos.
En la actualidad, la Administración del Seguro Social ha iniciado una serie de medidas provisionales, como la retención del 50% en pagos a beneficiarios que hayan recibido sobrepagos en el pasado, y se prevé que en los próximos meses se aprueben reformas estructurales.
Entre las propuestas que se discuten, se incluyen elevar la edad de jubilación, aumentar las contribuciones y ajustar los beneficios para los futuros jubilados.
Supuestamente, estas medidas son controvertidas y generan debate en el Congreso y en la opinión pública, dado que muchos consideran que se deben buscar soluciones más equitativas y sostenibles.
La Seguridad Social fue un pilar fundamental para la recuperación económica de EE
La historia muestra que, en sus primeros años, la Seguridad Social fue un pilar fundamental para la recuperación económica de EE. UU. tras la Gran Depresión, y supuestamente, su existencia ha sido clave para la estabilidad social del país.
Mientras tanto, los beneficiarios en #Europa y en otros lugares permanecen atentos a las novedades, temiendo que las decisiones en Washington puedan alterar sus expectativas y derechos adquiridos.
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