Una oleada histórica de transferencias de patrimonio se aproxima, con más de 40 billones de euros que pasarán principalmente a mujeres, cambiando el panorama financiero en Estados Unidos y dejando huella en generaciones futuras.
En las próximas décadas, Estados Unidos atravesará un fenómeno sin precedentes conocido como la Gran Transferencia de Riquezas, donde se estima que se transferirán aproximadamente 45 billones de euros (unos 50 billones de dólares) entre generaciones y dentro de las propias parejas.
Este proceso, que ha sido objeto de análisis por expertos en economía y finanzas, marcará un cambio radical en la distribución de la riqueza, especialmente en favor de las mujeres, quienes se espera que sean las principales beneficiarias.
La transferencia masiva de patrimonio se debe en gran medida al envejecimiento de los baby boomers y miembros de la generación silenciosa, que han acumulado vastas cantidades de activos a lo largo de sus vidas, incluyendo propiedades, inversiones y fondos de retiro.
Se calcula que entre 2024 y 2048, más de 40 billones de euros serán transferidos en herencias directas, pero además, en un fenómeno conocido como transferencias horizontales, cerca de 45 billones de euros cambiarán de manos dentro de las parejas, principalmente tras el fallecimiento de los esposos.
Este flujo de riqueza se considera uno de los más grandes en la historia moderna y tendrá un impacto profundo en la estructura económica y social del país.
La mayoría de estas transferencias serán de esposos a esposas, dado que las mujeres tienden a vivir más tiempo que los hombres, y en consecuencia, serán las principales receptoras de estos bienes.
Según expertos, en muchos casos, las herencias se destinarán a sostener estilos de vida que, de otro modo, serían insostenibles para las generaciones más jóvenes.
Históricamente, la gestión de las finanzas familiares en Estados Unidos ha estado dominada por los hombres, quienes tradicionalmente han sido los principales encargados de inversiones y planificación financiera.
Sin embargo, en los últimos años, ha habido un cambio significativo. Un estudio de 2023 reveló que en aproximadamente un 43% de los hogares, las mujeres consideran que son las principales responsables de las decisiones financieras, un aumento notable respecto al 34% registrado en 2021.
Este cambio en el rol de género en las finanzas domésticas ha llevado a que los asesores financieros y planificadores patrimoniales comiencen a dirigirse también a las mujeres, en lugar de centrarse únicamente en los jefes de familia masculinos.
La importancia de involucrar a ambas partes en la planificación patrimonial es crucial, especialmente ante la perspectiva de que muchas mujeres sean las últimas en gestionar los bienes tras el fallecimiento de sus esposos.
Para las parejas, prepararse para este escenario implica adoptar medidas concretas. La creación de testamentos, la designación de beneficiarios en cuentas de inversión y seguros de vida, así como la elaboración de un plan de cuidados a largo plazo, son pasos fundamentales.
Además, es recomendable que ambos miembros de la pareja compartan información sobre cuentas y deudas, para evitar complicaciones en momentos difíciles.
Este fenómeno también trae consigo desafíos, como la necesidad de que las mujeres tomen mayor control sobre sus finanzas y participen activamente en la gestión patrimonial.
La educación financiera y la asesoría especializada jugarán un papel clave en garantizar que estas transferencias se realicen de manera efectiva y que las beneficiarias puedan aprovechar al máximo los recursos heredados.
En definitiva, la Gran Transferencia de Riquezas no solo redefinirá las finanzas familiares, sino que también tendrá implicaciones sociales y económicas profundas, marcando un cambio en la manera en que la riqueza se distribuye y se transmite en la sociedad estadounidense.
Con una cantidad estimada de 45 billones de euros en manos femeninas, el futuro económico de muchas mujeres y sus familias está a punto de experimentar una transformación significativa.
