El análisis de precios de alimentos revela que los consumidores en ciertos estados de EE. UU. están sintiendo el impacto más fuerte en sus bolsillos debido a la inflación y limitaciones de productos.

Los precios de los alimentos han estado en aumento durante varios años, con un incremento del 25% en los últimos cinco años, según el Departamento de Agricultura de EE.

UU. Sin embargo, la reciente escasez de huevos debido a un brote de gripe aviar ha exacerbado aún más esta situación, llevando a algunos supermercados a imponer límites en las compras de este producto básico.

Este contexto ha suscitado una creciente preocupación entre los consumidores, especialmente en aquellos estados donde los ingresos medianos son más bajos.

Un análisis realizado por el sitio web de finanzas personales WalletHub ha revelado que los consumidores en algunos estados están gastando una proporción desproporcionada de sus ingresos en alimentos.

En particular, los estados donde se gasta el mayor porcentaje de ingresos en alimentos son Mississippi (2.64%), Virginia Occidental (2.57%) y Arkansas (2.49%). Estos estados son también los que tienen los ingresos medianos más bajos del país. Por ejemplo, el ingreso medio anual en Mississippi es de apenas 53,000 dólares (aproximadamente 50,000 euros), muy por debajo del promedio nacional de 74,600 dólares (alrededor de 70,000 euros).

En contraste, Nueva Jersey, que está en el extremo opuesto de esta lista, tiene un ingreso medio de 118,000 dólares (aproximadamente 110,000 euros), y sus residentes gastan solo un 1.50% de sus ingresos en alimentos, lo que ilustra la disparidad entre los distintos estados. Esta situación subraya cómo las diferencias en los ingresos impactan de manera directa en la capacidad de las familias para afrontar los precios de los alimentos.

El aumento en los precios de los alimentos ha sido significativo, con un aumento del 1.9% en enero, en comparación con el 1.2% del año anterior. Sin embargo, lo más alarmante ha sido el aumento del 15.2% en el precio de los huevos, lo que ha llevado a un aumento general en el coste de la vida para muchas familias de ingresos bajos. Este fenómeno no se distribuye de manera equitativa; como señala David Ortega, economista de alimentos de la Universidad Estatal de Michigan, las familias de bajos ingresos son las que más sufren, ya que destinan una mayor porción de su ingreso disponible a la compra de alimentos.

Además de la gripe aviar, otros factores como el clima extremo y los crecientes costos laborales están perpetuando la presión inflacionaria sobre los precios de los alimentos.

Es probable que esta tendencia continúe, afectando a aquellos que ya están luchando para llegar a fin de mes.

Para mitigar el impacto de estos aumentos en los precios, los expertos aconsejan a los consumidores que planifiquen sus compras, elijan marcas de supermercados y busquen ofertas y descuentos.

También es recomendable evitar comprar con el estómago vacío, ya que esto puede llevar a compras impulsivas y gastos innecesarios. En estos tiempos de incertidumbre económica, es esencial que los consumidores estén atentos a sus hábitos de compra y busquen maneras de maximizar su presupuesto alimentario.

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