El polémico plan fiscal de Donald Trump continúa su recorrido en el Congreso, prometiendo aumentos en el crédito por hijos y otras medidas que podrían beneficiar a millones de familias estadounidenses, aunque también implica cambios que dejarían fuera a algunos sectores.

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El pasado 18 de mayo, un importante comité legislativo dio un paso decisivo en la aprobación del llamado 'Gran y Hermoso Proyecto de Ley Fiscal' promovido por el expresidente Donald Trump.

Aunque aún queda un largo camino por recorrer antes de que esta propuesta se convierta en ley, su avance en el Congreso ha generado tanto expectativas como preocupaciones entre los estadounidenses.

Este plan, que busca modificar el sistema tributario de Estados Unidos, incluye varias medidas que podrían impactar significativamente en las finanzas de las familias y en la economía del país.

Entre los aspectos más destacados se encuentran la ampliación del crédito tributario por hijos, la elevación de las deducciones estándar y cambios en los incentivos para energías limpias, entre otros.

El crédito tributario por hijos, una de las medidas estrella del proyecto, se propone aumentar hasta 2.500 dólares por niño hasta 2028, lo que en euros equivaldría aproximadamente a 2.300 euros. Después de esa fecha, el monto disminuiría a 2.000 dólares, ajustándose posteriormente según la inflación. La intención es que más familias puedan beneficiarse de este apoyo, especialmente las de ingresos medios y altos, quienes, incluso tras recibir el crédito, aún enfrentan una deuda fiscal.

Según datos del Centro de Políticas Tributarias, este cambio podría significar unos 21.500 millones de euros adicionales en beneficios para las familias con hijos en 2026. Sin embargo, existen condiciones que podrían limitar la elegibilidad, como la obligación de que ambos padres tengan un número de Seguro Social válido si presentan declaraciones conjuntas.

Esto podría dejar fuera a millones de niños, en especial aquellos en familias donde uno de los padres no posee un número de Seguro Social válido, incluso si son residentes legales o ciudadanos.

Por otra parte, el plan contempla la permanencia de ciertos recortes fiscales implementados en 2017, incluyendo la deducción estándar más alta y créditos adicionales para mayores de 65 años con ingresos limitados.

También propone la creación de nuevas cuentas de ahorro denominadas 'MAGA', con incentivos fiscales para fomentar el ahorro y la inversión.

Además, el proyecto busca eliminar anticipadamente los créditos fiscales para energías limpias a partir de este año, lo que podría afectar a propietarios de viviendas que han invertido en paneles solares o turbinas eólicas.

La implementación de estas medidas varía según los plazos establecidos, algunos de los cuales entrarán en vigor en 2025, mientras que otros se aplicarían en 2026 o incluso en años posteriores.

Expertos recomiendan que las familias y contribuyentes en general comiencen a prepararse para los posibles cambios. Se sugiere adquirir vehículos eléctricos, instalar sistemas de energía renovable o hacer mejoras energéticas en el hogar antes de que finalicen los beneficios fiscales vigentes.

La planificación anticipada puede marcar la diferencia en la optimización de las ventajas fiscales y en la protección frente a posibles modificaciones futuras.

En conclusión, aunque el proyecto aún está en fase de negociación y puede sufrir modificaciones, su avance representa una oportunidad para revisar y ajustar las estrategias fiscales.

La discusión continúa en el Congreso, y la comunidad estadounidense observa con atención cómo estos cambios podrían afectar sus finanzas y su calidad de vida en los próximos años.