Las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump sobre imponer aranceles a Apple y trasladar la fabricación de iPhones a EE.UU. podrían elevar significativamente sus precios, afectando a los consumidores y a la economía tecnológica del país.

Trump afirmó que exigirá a #Apple que produzca todos sus iPhones en Estados Unidos para evitar #aranceles y, si no lo hacen, la compañía debería pagar un arancel mínimo del 25%.
Estas palabras, pronunciadas a través de sus redes sociales en mayo de 2025, han avivado los debates sobre el impacto que esta medida podría tener en los precios de los dispositivos más populares del mercado.
Históricamente, los iPhones han sido considerados productos premium con precios que oscilan en torno a los 1.100 euros (equivalente a los aproximadamente 1.200 dólares actuales). Sin embargo, con la posible aplicación de aranceles y la reubicación de la producción en EE.UU., algunos analistas advierten que los precios podrían dispararse notablemente. Según Dan Ives, director de investigación tecnológica en Wedbush Securities, un aumento en los costos podría elevar el precio de un iPhone a unos 2.000 euros, considerando la tarifa del 25% y otros costos asociados. Pero otros expertos sugieren que la cifra podría ser aún mayor, alcanzando los 3.200 euros, si Apple tuviera que absorber todos los costos adicionales sin trasladarlos a los consumidores.
Para poner en contexto, en 2024, el último modelo de iPhone más avanzado tenía un precio aproximado de 1.100 euros, pero si se aplicaran aranceles sustanciales y se aumentaran los costos de fabricación en EE.UU., los precios podrían casi triplicarse, haciendo que un iPhone costara en torno a los 3.500 euros. Este escenario, aunque extremo, no es totalmente improbable si Trump logra implementar políticas tarifarias restrictivas y si Apple decide fabricar en #EE.UU. en lugar de China o India.
Aunque Apple anunció en el pasado una inversión de 500 mil millones de dólares (unos 450 mil millones de euros) en EE
Desde una perspectiva económica, trasladar toda la producción a EE.UU. implicaría costos adicionales significativos. La disponibilidad de mano de obra calificada, los costos energéticos y las infraestructuras necesarias serían factores determinantes. Además, la historia muestra que, aunque Apple anunció en el pasado una inversión de 500 mil millones de dólares (unos 450 mil millones de euros) en EE.UU., en realidad la mayoría de sus fábricas siguen operando en Asia, principalmente en China e India. La promesa de construir plantas en EE.UU. se ha dilatado por las complejidades logísticas y económicas.
Por otro lado, la administración Trump en su primer mandato, en 2017-2021, prometió que Apple construiría varias fábricas en EE.UU., pero solo logró establecer una en Texas, y la producción de iPhones continuó mayormente en Asia. La implementación de aranceles y restricciones similares en 2025 podría tener un efecto disuasorio en futuras inversiones, además de aumentar los costos para los consumidores estadounidenses.
En cuanto a las estrategias para evitar estas tarifas, Apple ha comenzado a diversificar su producción, trasladando parte de sus ensamblajes a la India y otros países, con la intención de reducir la dependencia de China.
La CEO de Apple, Tim Cook, ha mencionado que la mayoría de los iPhones que se venden en EE.UU. en 2025 serán importados desde India, con una proyección de que la producción en ese país alcance el 50% de los dispositivos vendidos en el mercado estadounidense para finales de año.