El Departamento de Justicia de EE. UU. investiga las prácticas de facturación de Medicare de UnitedHealth, lo que genera incertidumbre en el sector.
Recientemente, el Wall Street Journal informó que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha iniciado una investigación sobre las prácticas de facturación de Medicare de UnitedHealth.
Esta noticia ha llevado a una caída significativa en el valor de las acciones de la compañía, lo que genera preocupación entre los inversores y beneficiarios del programa.
Medicare es un programa federal que proporciona cobertura de salud a personas mayores y algunas personas con discapacidades. La revelación de esta investigación ha suscitado preguntas sobre la transparencia y la ética en la facturación de servicios médicos, especialmente en un momento en que la administración del presidente Donald Trump ha prometido proteger programas esenciales como Medicare y Medicaid.
En una reunión del gabinete en febrero, un periodista preguntó a Trump si podía garantizar que Medicare, Medicaid y la Seguridad Social no sufrirían recortes.
Trump respondió que no se harían cambios a menos que se encontrara fraude, afirmando: "He dicho tantas veces que no deberían ni preguntarme eso. No vamos a tocarlo. Ahora, buscaremos el fraude." Esto dio esperanzas a los aproximadamente 70 millones de estadounidenses que dependen de Medicaid para su atención médica.
Medicaid es un programa conjunto entre el estado y el gobierno federal que cubre el costo de atención médica primaria y servicios agudos para uno de cada cinco estadounidenses, incluyendo el 40% de todos los niños y el 60% de los residentes de hogares de ancianos.
Sin embargo, a pesar de las promesas del presidente, el Congreso ha estado buscando maneras de recortar gastos.
Una semana después de la declaración de Trump, la Cámara de Representantes aprobó una resolución presupuestaria que propone recortes por 2 billones de dólares en el gasto obligatorio durante la próxima década, incluyendo 880 mil millones de dólares en recortes a Medicaid y Medicare.
Este plan fue respaldado por Trump, quien lo describió como un "gran y hermoso proyecto de ley".
Legislar en Estados Unidos es un proceso complicado, especialmente cuando se trata de un tema tan delicado como la salud pública. Las promesas del presidente pueden no ser completamente realistas, y la situación se complica aún más con la presión de otros políticos y las expectativas de la población.
Un punto que ha suscitado controversia es la afirmación de Trump sobre la eliminación de migrantes ilegales del sistema de salud. Según un informe del grupo de políticas de salud KFF, solo el 6% de los beneficiarios de Medicaid y del Programa de Seguro de Salud Infantil (CHIP) son inmigrantes no ciudadanos elegibles.
A pesar de esta pequeña cifra, la administración ha utilizado este argumento para justificar recortes en los programas de salud.
Además, Trump ha sugerido la implementación de requisitos laborales federales para los beneficiarios de Medicaid. Si se aprueba esta medida, los receptores de Medicaid entre 18 y 65 años tendrían que trabajar, inscribirse en capacitación laboral o realizar servicios comunitarios para mantener la cobertura.
Sin embargo, la mayoría de los beneficiarios de Medicaid ya están empleados, lo que plantea dudas sobre la efectividad de esta propuesta para reducir el presupuesto de Medicaid.
A medida que avanza la investigación del Departamento de Justicia y se discuten los recortes presupuestarios, la promesa de Trump de proteger Medicaid se enfrenta a un desafío significativo.
El futuro de estos programas críticos para la salud de millones de estadounidenses está en juego y la presión para encontrar soluciones sostenibles solo aumenta.