Miles de prestatarios con préstamos estudiantiles en mora enfrentan la posible suspensión de beneficios federales, tras anuncio del Departamento de Educación. La medida afectará a más de cinco millones de deudores en incumplimiento, generando incertidumbre y preocupación en el sector educativo y financiero.

El Departamento de Educación de Estados Unidos ha declarado que, para finales del verano, aproximadamente 5.3 millones de prestatarios con préstamos estudiantiles en incumplimiento recibirán una notificación oficial del Departamento del Tesoro informándoles que podrían perder diversos beneficios federales.
Esta medida forma parte de un proceso que busca aumentar la recaudación y reducir la morosidad en los préstamos otorgados a estudiantes.
Según las cifras oficiales, en la actualidad, cerca de 195,000 prestatarios ya han recibido este aviso, y la implementación de las acciones de cobro comenzará con los pagos programados para principios de junio.
La normativa establece que un préstamo entra en incumplimiento cuando no ha sido pagado durante al menos 270 días, es decir, aproximadamente nueve meses.
Esto implica que muchos de los deudores en mora enfrentan una serie de consecuencias que afectan su historial crediticio, incluyendo posibles acciones legales, embargo de bienes, aumento en las primas de seguros y, en algunos casos, la venta de sus deudas a agencias de cobro.
La situación adquiere mayor relevancia en un contexto donde, tras la pandemia del COVID-19, el gobierno federal suspendió temporalmente los pagos de los préstamos estudiantiles en marzo de 2020.
Esta pausa, que fue extendida varias veces por diferentes administraciones, buscaba aliviar la carga económica de los estudiantes durante la crisis sanitaria.
Sin embargo, con la llegada del gobierno de Donald Trump en enero de 2025, se anunció el reinicio de los cobros, específicamente para los préstamos en incumplimiento, a partir del 5 de mayo.
La reanudación de los pagos ha generado preocupación entre los prestatarios, especialmente aquellos que no han realizado pagos en los últimos cinco años.
La directora de ayuda financiera en la Universidad Estatal de Missouri, Rob Moore, afirmó que muchos de estos deudores enfrentan largas esperas telefónicas y dificultades para comunicarse con las agencias de ayuda financiera o los proveedores de préstamos, lo que incrementa su estrés y ansiedad.
Históricamente, Estados Unidos ha tenido un sistema complejo de financiamiento estudiantil. Desde la década de los 60, con la creación de programas de ayuda, hasta los cambios en las políticas de préstamos en los últimos años, el país ha enfrentado debates sobre cómo gestionar la deuda estudiantil y sus implicaciones sociales.
La morosidad en estos préstamos ha sido un problema persistente, afectando a millones y contribuyendo a la crisis de crédito que ha preocupado a economistas y legisladores.
Para quienes desean verificar si tienen préstamos en incumplimiento, la opción más sencilla es acceder a la cuenta en la plataforma de ayuda financiera en línea o llamar al centro de atención.
El proceso para salir del incumplimiento puede realizarse mediante la rehabilitación del préstamo, que requiere realizar nueve pagos mensuales en un período de 10 meses, o mediante la consolidación, que permite unir varios préstamos en uno solo y realizar tres pagos consecutivos voluntarios.
Estas acciones, aunque útiles, tienen sus limitaciones, ya que los intereses acumulados se suman al nuevo préstamo consolidado, aumentando la cantidad total adeudada.
Expertos advierten que la implementación de medidas punitivas puede generar un impacto negativo en la estabilidad financiera y emocional de los prestatarios, en un momento donde la carga de la deuda estudiantil ya representa un desafío para muchas familias americanas.
En conclusión, la posible pérdida de beneficios federales para millones de deudores en incumplimiento representa un serio reto social y económico para Estados Unidos.
La historia del financiamiento estudiantil y la morosidad en los préstamos muestran que, además de las medidas de cobro, es fundamental buscar soluciones que faciliten la recuperación de la deuda sin perjudicar a quienes enfrentan dificultades reales.
La política de gestión de la deuda estudiantil sigue siendo un tema de debate, con implicaciones que trascienden las cifras y afectan directamente la economía y bienestar de millones de estadounidenses.