La rivalidad entre Argentina y Francia se aviva con el próximo choque en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, recordando la reciente final del Mundial.

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Desde el 18 de diciembre de 2022, Francia ha estado esperando la oportunidad de vengarse tras la polémica final del Mundial, donde la atajada memorable de Emiliano Martínez a Randal Kolo Muani aún resuena en la memoria colectiva francesa.

Los goles de Lionel Messi y el desfile de aciertos desde el punto penal por parte de Paulo Dybala, Leandro Paredes y Gonzalo Montiel han dejado una huella imborrable en la historia, así como el festejo del Dibu Martínez, que encendió las calles de Argentina.

Con la vista fija en el duelo olímpico, los franceses se preparan para una batalla significativa por la medalla de oro, que está programada para el 9 de agosto en el emblemático Parque de los Príncipes.

Sin embargo, la selección sub-23 argentina, dirigida por Javier Mascherano, se encontró con dificultades para alcanzar el primer puesto en su grupo, a pesar de haber vencido a Ucrania por 2-0. Esto ha provocado que el esperado enfrentamiento se adelante al próximo viernes en Burdeos, donde se enfrentarán en los cuartos de final.

El ambiente en el Estadio de Burdeos promete ser electrizante.

Se prevé que el himno nacional argentino sea recibido con silbidos ensordecedores, mientras que la Marsellesa será entonada con fervor por los hinchas franceses.

En este contexto, la experiencia vivida por Los Pumas 7's en el Stade de France se revivirá, demostrando que la rivalidad entre ambas naciones ha intensificado las emociones deportivas.

Aunque la vida cotidiana entre argentinos y franceses puede ser cordial, la tensión ha aumentado considerablemente, especialmente tras la viralización de un canto de Enzo Fernández durante la reciente Copa América.

Este sentimiento ha llamado la atención de la prensa internacional, como lo reflejó una publicación de Clarín donde periodistas del New York Times describieron cómo Argentina se ha convertido en el 'villano' para Francia en esta ocasión.


La situación ha escalado tanto que incluso el presidente argentino, Javier Milei, tuvo que discutir el tema con su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante una reunión bilateral en París el 25 de julio, mientras que su secretaria general ofreció disculpas al embajador francés como medida para apaciguar las tensiones diplomáticas.

Argentina se presenta en este duelo como el visitante más incómodo.

El conflicto llegó a afectar altos funcionarios, incluida la destitución de Julio Garro de la Subsecretaría de Deportes.

Javier Mascherano, al hablar sobre la atmósfera que enfrentarán, enfatizó la importancia de concentrarse en el juego y dejar de lado la hostilidad del entorno, mientras Ezequiel Fernández afirmó que el equipo está preparado para cualquier tipo de ambiente hostil.

El equipo francés, guiado por Thierry Henry, viene con un rendimiento impecable, habiendo ganado todos sus partidos y anotado siete goles sin recibir ninguno.

Esta superioridad en la fase de grupos añade presión sobre Argentina, que enfrenta un desafío no solo por el ambiente, sino también contra un rival que llega con una sólida confianza.

El encuentro entre Argentina y Francia en Burdeos no solo representa una oportunidad para obtener la victoria, sino también un capítulo más en la rica historia futbolística que ambos países comparten.

Con la memoria de la final del Mundial aún presente, cada equipo buscará imponer su estilo y reivindicarse ante su rival en lo que promete ser una emocionante jornada deportiva.