Mario Isola, jefe de Pirelli en Fórmula 1, revela los desafíos y detalles del desarrollo de neumáticos y su labor tras bambalinas en la categoría, además de explicar cómo se preparan las carreras y los avances en los compuestos de caucho.

Mario Isola se ha consolidado como una de las figuras más relevantes en el mundo de la Fórmula 1, aunque no sea piloto ni director de equipo. Su rol, sin embargo, resulta fundamental para el rendimiento de los coches en cada Gran Premio. Como máximo responsable de Pirelli en este deporte, su trabajo abarca desde el desarrollo de compuestos de neumáticos hasta la planificación estratégica en las carreras.
En la temporada actual, Pirelli estrenó el compuesto C6, el más blando hasta ahora, con el objetivo de ofrecer mayor agarre y mejorar las emociones en pista.
Para entender la magnitud de su labor, es importante rememorar que Pirelli es el proveedor exclusivo de neumáticos para la Fórmula 1 desde 2011, un compromiso que requiere una constante innovación y adaptación a las exigencias de la categoría.
La colaboración con la FIA y los equipos es intensa y meticulosa; en Milán se trabaja con el llamado 'Target Letter', un documento que establece los objetivos y prestaciones que deben cumplir las gomas para el siguiente año.
Esto implica definir especificaciones técnicas precisas y pruebas exhaustivas en el desarrollo de nuevos compuestos.
Durante las carreras, la presencia de Isola en el paddock y en los pit stops es crucial. Él y su equipo de unas 60 personas se encargan de monitorear in situ cómo se comportan los neumáticos en condiciones reales, así como de desmontar, analizar y enviar las muestras a Milán para una evaluación exhaustiva.
Todo este proceso requiere coordinación y experiencia para garantizar que los compuestos utilizados sean seguros, eficientes y adecuados a las estrategias de cada piloto.
Además, en la sede principal de Pirelli, en Milán, el trabajo no se limita a seleccionar los compuestos que se usarán en la temporada. La empresa desarrolla y prueba nuevas mezclas de caucho durante todo el año, en función de los datos que reciben de cada Gran Premio. Es decir, la innovación continua permite ajustar las fórmulas y realizar cambios en caso de que sea necesario, para optimizar el rendimiento y la seguridad.
El objetivo final de estos desarrollos es facilitar competencias más dinámicas y con mayor acción en pista. Teniendo en cuenta la historia de la Fórmula 1, donde en los años 50 y 60 los neumáticos eran un factor limitante en el rendimiento, el avance tecnológico ha permitido que hoy en día las estrategias de paradas y el manejo del neumático sean aspectos clave para la disputa de victorias y campeonatos.
Mario Isola, con más de 29 años en Pirelli, comenzó su carrera como piloto de karting y posteriormente se convirtió en conductor de ambulancias, un trabajo que aún realiza en su tiempo libre en Milán.
Su conocimiento técnico y su experiencia en gestión de emergencias aportan una visión única a su rol. Para él, la clave está en que cada modificación en los compuestos busca crear carreras con mayor acción, más adelantamientos y un espectáculo más interesante para los espectadores.
En suma, el trabajo de Pirelli y de Mario Isola en particular está orientado a mantener la máxima competitividad en la Fórmula 1, con un enfoque en la innovación técnica y la seguridad.
La evolución de los compuestos de caucho, desde los más duros hasta los más blandos como la C6, refleja el constante compromiso de la firma italiana por ofrecer neumáticos que impulsen el deporte y ofrezcan emociones sin comprometer la seguridad en pista.