Una jornada marcada por incidentes graves convirtió un clásico de Copa Sudamericana en una jornada de violencia, con heridos, detenidos y un partido suspendido tras enfrentamientos en las tribunas del estadio de Independiente en Avellaneda.

Imagen relacionada de violentos incidentes en el libertadores de america dejan heridos y detenidos

Lo que sería una batalla deportiva entre el equipo argentino y la Universidad de Chile terminó en un caos total, con escenas de #violencia descontrolada en las tribunas, heridos, arrestos y un escándalo que recorrió el mundo del deporte.

Desde horas antes del inicio del partido, el ambiente en Avellaneda era tenso. Se esperaban más de 3.000 hinchas chilenos, que llegaron con un despliegue policial de aproximadamente 650 agentes y personal de seguridad privada. Sin embargo, la disposición de la organización para ubicar a los visitantes en una tribuna vulnerable, sobre todo sin vallados sólidos ni controles adecuados, sirvió como catalizador para lo que acabaría siendo una jornada de barbarie.

El primer tiempo mostró signos preocupantes, con hinchas chilenos lanzando objetos como butacas y piedras hacia la parcialidad local. La barra de #Independiente intentó contener la situación, pero la tensión seguía en aumento. Al llegar el descanso, la situación se desbordó. Los visitantes, además de recibir agresiones, comenzaron a arrojar más proyectiles, mientras prendían fuego a filas de asientos, generando una densa humareda que invadió la tribuna.

Las alarmas sonaron en el estadio. La Conmebol, autoridad que regula los certámenes continentales, ordenó repetidas veces que los hinchas chilenos abandonaran la zona, sin éxito. La seguridad se vio desbordada, y las ambulancias comenzaron a ingresar para atender a los heridos por cortes, traumatismos y golpes de gravedad. La escena era dantesca: hombres ensangrentados, gente que intentaba escapar de las agresiones y un clima de caos en todos los ángulos del estadio.

Apenas empezado el segundo tiempo, y en medio de la incertidumbre, el árbitro uruguayo Gustavo Tejera decidió detener el partido, ante la lluvia constante de proyectiles que golpeaban a los futbolistas y a los espectadores en las tribunas.

La tensión escaló, y los hinchas localesc fueron evacuados en medio de enfrentamientos con la policía en las cercanías del puente Pueyrredón.

Lo que vino después fue peor aún. Un grupo de barras de Independiente, encapuchados y armados con palos, irrumpieron en la zona reservada para la parcialidad chilena. Lo que siguió fue una cacería brutal. Los pocos hinchas de la U que aún estaban en el lugar sufrieron agresiones físicas extremas, algunos apaleados, otros desnudados y humillados públicamente.

La escena más angustiante fue la de un aficionado que, atemorizado, optó por arrojarse desde lo alto de la tribuna para evitar mayores golpes.

Las imágenes de la violencia

Las imágenes de la violencia, con heridos cubiertos de sangre, ambulancias que ingresaban y salían a toda velocidad, y espectadores sensibles a la situación, fueron difundidas en redes sociales y noticieros internacionales.

En los hospitales de la zona, como el Fiorito y el Perón, ingresaron al menos 12 hinchas con lesiones de diversa gravedad, entre ellas fracturas, heridas de arma blanca y traumatismos craneales.

Uno de los heridos, Gonzalo Alfaro, fue atendido de urgencia en quirófano con fractura de cráneo, pero se mantiene fuera de peligro.

Por la noche, las autoridades policiales detuvieron a más de 110 hinchas chilenos. La lista de arrestados incluye a personas de diferentes edades, desde jóvenes de 17 años hasta mayores de 50. Las fuerzas de seguridad también reforzaron los controles en las cercanías del estadio, intentando evitar nuevas confrontaciones que pudieran desatarse durante la evacuación.

En términos oficiales, la Conmebol anunció la cancelación del encuentro por falta de garantías, y los organismos disciplinarios serán los encargados de determinar las sanciones correspondientes.

Independiente y Universidad de Chile enfrentan ahora un proceso sancionador que podría incluir duras penas, incluso la pérdida de puntos u otros castigos severos.

Este episodio deja al fútbol sudamericano en entredicho. El Libertadores de América, que ha sido escenario de múltiples gestas a lo largo de su historia, ahora se recuerda por las escenas de violencia que empañaron su historia.

La noche del incidente quedará en los registros como una de las jornadas más tristes del deporte en la región.

Las autoridades y la propia Conmebol prometen investigar a fondo lo ocurrido, con la expectativa de que se sancione a los responsables, se refuercen los operativos y se adopten medidas para que hechos similares no vuelvan a repetirse.