Una noche marcada por enfrentamientos y desmanes en un partido de Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile, evidenciando deficiencias en la seguridad y una escalada de violencia en el estadio.

La confrontación inició cuando los hinchas chilenos, desde la tribuna Pavoni, comenzaron a lanzar bombas de estruendo, piedras, fierros, butacas e incluso inodoros hacia la parcialidad local, en un episodio que culminó en la suspensión momentánea del partido al inicio del segundo tiempo.
Este incidente fue el resultado de una serie de fallas en el operativo de seguridad, que permitió que los hinchas chilenos ingresaran con armas blancas, bombas de estruendo y otros objetos peligrosos sin ninguna restricción efectiva.
Según fuentes oficiales, varias horas después de los enfrentamientos, se reportaron múltiples heridos de diversa gravedad, tanto del lado chileno como del argentino, y al menos 90 personas fueron detenidas tras cruzar el puente Pueyrredón de regreso a la ciudad.
La situación fue especialmente grave en la zona de la tribuna Pavoni, donde los fanáticos chilenos estaban sin una barrera de #seguridad adecuada, y las autoridades parecían no tomar medidas firmes para evitar la escalada de violencia.
La tensión creció cuando los barras de #Independiente lograron ingresar por la fuerza a la tribuna visitante, invadiendo su sector y desatando una brutal agresión.
En los videos que circulan en redes sociales, se puede ver cómo los hinchas del Rojo corren hacia los pocos chilenos que quedaron, golpeándolos, desnudándolos e incluso sometiéndolos en medio del caos.
La violencia alcanzó su punto más extremo cuando Gonzalo Alfaro, un hincha de la Universidad de Chile, cayó por un lado del alambrado en medio de un tumulto.
Ante la confusión, algunos testigos afirman que el joven pudo haberse lanzado por la desesperación o fue obligado. Lo cierto es que Alfaro, herido y en estado de shock, fue objeto de nuevos ataques por parte de los atacantes argentinos.
Este lamentable episodio pone en evidencia cómo los barrabravas de Independiente lograron acceder a la tribuna visitante con total impunidad
Este lamentable episodio pone en evidencia cómo los barrabravas de Independiente lograron acceder a la tribuna visitante con total impunidad. Videos muestran cómo circulaban libremente por los pasillos del estadio Libertadores de América, sin que ninguna autoridad se interpusiera para detenerlos o impedir su ingreso a la zona designada para los visitantes.
La respuesta policial fue prácticamente inexistente dentro del estadio, a pesar de que en 2023, la dirigencia del club decidió que la policía no interviniera en el interior del recinto, dejando la seguridad en manos de personal privado que no pudo evitar la intrusión de los violentos.
El ingreso violento a la Tribuna Pavoni ocurrió cuando la barra del Rojo comenzó a hostigar y golpear la puerta de seguridad, que finalmente fue derribada, permitiendo el ingreso de los barras en plena disputa.
La escena se convirtió en un reflejo de la grave crisis en la seguridad de los eventos futbolísticos en Argentina, donde la falta de controles efectivos y una respuesta adecuada por parte de las autoridades y la dirigencia del club facilitaron estos incidentes.
Todo el episodio deja en evidencia una problemática de fondo: la incapacidad para garantizar la seguridad en los estadios, que ha tenido repercusiones internacionales y que requiere una revisión urgente.
La violencia en los deportes no solo pone en riesgo la integridad física de los asistentes, sino que también ensombrece el fútbol sudamericano y cuestiona las políticas adoptadas por las organizaciones responsables.