La sequía en Cataluña ha alcanzado proporciones históricas, afectando al 50% del territorio y generando graves impactos sobre los sistemas naturales y sectores económicos. El episodio de sequía se prolonga desde 2020 y no muestra signos de regresión a corto plazo.
Cataluña está viviendo una situación de sequía histórica que, tanto por su larga duración e intensidad, como por su extensión en superficie, puede considerarse un hito.
Más del 50% del territorio de Cataluña se encuentra afectado por esta sequía, con precipitaciones por debajo de la media histórica en la mitad del país.
En las zonas costeras y prelitorales del este del país, los déficits acumulados de lluvia son tan grandes que se necesitarían varios meses extremadamente húmedos para volver a la normalidad.
Este episodio de sequía comenzó en otoño de 2020 y se ha manifestado con mayor intensidad en primavera de 2021 en la zona costera y prelitoral central.
Durante los años 2022 y 2023, la sequía se ha expandido, intensificado y ha mostrado una persistencia sin precedentes.
Hace ya 3 años que en Cataluña las lluvias están por debajo de la media, el doble de tiempo que la sequía más prolongada registrada hasta ahora, la del año 2008, que duró 18 meses.
Este episodio de sequía ha tenido graves consecuencias en los sistemas naturales y en los sectores económicos más vulnerables que dependen del agua.
En el contexto histórico del clima mediterráneo, las sequías han sido recurrentes.
Desde la década de los 80, se han vuelto más frecuentes, pero el episodio actual es el más grave de toda la serie climática.
Medidas ante la sequía en Cataluña: municipios afectados y nuevas obras hidráulicas
Se declarará la excepcionalidad en 23 municipios catalanes debido a la sequía, mientras que Vallirana entrará en estado de emergencia. Además, se están realizando obras para aumentar el suministro de agua en la región.El área afectada por la sequía abarca un 50% del territorio de Cataluña, una extensión que no se había visto antes en ningún otro episodio.
Hay regiones como el macizo del Garraf, el Penedès y una franja del noreste que abarca desde Moianès hasta las Alberas, así como la zona prelitoral del Empordà, que presentan un déficit de precipitaciones considerado una anomalía desmedida.
Inclusive, las cabeceras de los principales ríos de las cuencas internas de Cataluña, especialmente la cabecera del río Muga, registran la mayor falta de lluvia, equivalente a un año entero sin precipitaciones en comparación con la media de los últimos tres años.
La situación de sequía en Cataluña es grave y requiere de medidas urgentes para mitigar sus efectos en la naturaleza y en sectores clave de la economía.
La falta de agua pone en riesgo los recursos naturales y puede tener repercusiones negativas en la agricultura, la ganadería y el suministro de agua potable.
Es fundamental implementar estrategias de gestión del agua y promover el uso responsable y eficiente de este recurso vital.