Las altas temperaturas en Cataluña han alterado los ciclos naturales de diversas especies, repercutiendo en la floración y fructificación en otoño. Esta modificación se ha observado en varias comarcas catalanas, con especial incidencia en el Empordà, el Maresme y Barcelona.
En Cataluña, durante los meses de septiembre y octubre, se ha vuelto a manifestar cambios en el viñedo del Penedès y el Garraf.
Además, se ha retrasado la caída de las hojas en algunos árboles y se han producido segundas floraciones en plantas silvestres y árboles frutales desde las Terres de l'Ebre hasta la Catalunya Nord.
Estos cambios se deben a las temperaturas cálidas para esta época del año, las cuales han alterado los ciclos naturales de muchas especies.
Asimismo, los colores típicos del otoño también están llegando con cierto retraso en comparación a años anteriores.
Los datos recogidos por la red FenoCat del Servicio Meteorológico de Cataluña y el observatorio RitmeNatura del CREAF confirman que esta modificación se ha producido en gran parte del territorio catalán, especialmente en las comarcas del Empordà, Maresme, Barcelona, Baix Llobregat, Vallès, Osona y Penedès, entre otras.
La floración y fructificación en otoño requieren un gasto energético por parte de las plantas que no resulta útil, ya que las flores y frutos dejan de ser viables cuando llega el frío.
Además, si los árboles mantienen las hojas durante más tiempo, necesitan una mayor cantidad de agua, lo cual puede ser perjudicial en épocas de sequía.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico de Cataluña, se observa desde hace varios años una clara tendencia al acortamiento de las estaciones de transición, como la primavera y el otoño.
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