Se activa un canal de intercambio de datos para que los municipios puedan monitorear el abandono escolar y se incorporan 52 educadores sociales para apoyar a los jóvenes.

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En Cataluña, se ha puesto en marcha un nuevo sistema destinado a mejorar el seguimiento del abandono escolar entre los jóvenes.

Este canal de compartición de datos fue diseñado para que los municipios puedan intercambiar información relevante sobre aquellos estudiantes que están en riesgo de dejar sus estudios.

Esta iniciativa responde a una demanda histórica por parte de los ayuntamientos, que han solicitado herramientas más eficaces para gestionar esta problemática.

El proceso comienza con la solicitud de un consentimiento informado por parte del alumnado, necesario para realizar el seguimiento de aquellos que presentan una situación de riesgo de abandono escolar.

Con esta medida, los municipios tendrán acceso a datos a través de la EACAT, la plataforma extranet que utilizan las Administraciones catalanas para gestionar información y recursos.

El abandono escolar prematuro es un fenómeno preocupante que afecta a jóvenes que no han completado la educación secundaria obligatoria o que, aunque la han finalizado, no han continuado con su formación postobligatoria.

Este hecho se encuentra relacionado con diversos factores de riesgo, como un aumento en las probabilidades de desempleo, empleo en condiciones laborales precarias, exclusión social y pobreza.

A largo plazo, el abandono escolar puede provocar repercusiones negativas no solo para los individuos afectados, sino también para la sociedad en su conjunto, dado que se reduce la cualificación de la fuerza laboral y se incrementan los costos sociales.

Conscientes de la importancia de abordar esta problemática, para el curso 2024-2025 se implementará la incorporación de 52 educadores sociales en los servicios educativos de Cataluña.


Estos profesionales estarán encargados del seguimiento y acompañamiento de los jóvenes que han dejado sus estudios, con el objetivo de facilitar su reintegración en el sistema educativo.

La figura de los educadores sociales se presenta como una herramienta fundamental en este contexto, ya que poseen las habilidades y el conocimiento necesario para ayudar a resolver las dificultades particulares que pueden enfrentar los jóvenes en situación de abandono.

Históricamente, el abandono escolar ha tenido altos índices en varias regiones de España, y Cataluña no ha sido la excepción.

Sin embargo, las nuevas políticas que se están implementando buscan revertir esta tendencia mediante una actuación coordinada entre las administraciones y el apoyo directo a los estudiantes.

La colaboración entre las instituciones educativas y los municipios es crucial, ya que permite adecuar las estrategias a las realidades locales y adaptar las intervenciones a las necesidades específicas de cada grupo de jóvenes.

En resumen, el nuevo sistema de gestión del abandono escolar en Cataluña representa un paso significativo hacia la mejora de la atención educativa y el apoyo a los jóvenes en riesgo.

Con medidas como el acceso a datos y la inclusión de educadores sociales, se espera no solo reducir los índices de abandono, sino también fomentar un futuro educativo más inclusivo y accesible para todos.