Un hallazgo arqueológico en Segovia revela la presencia de una huella dactilar neandertal pintada con pigmento en un canto rodado, el ejemplo más antiguo conocido en Europa que demuestra capacidades simbólicas de nuestros antepasados. Este descubrimiento refuerza la importancia de la región en la historia de la evolución humana y aporta nuevas perspectivas sobre el comportamiento de los neandertales en la Península Ibérica.

Imagen relacionada de descubren en segovia una huella neandertal que evidencia su capacidad simbolica

El descubrimiento realizado en el yacimiento del Abrigo de San Lázaro en Segovia ha abierto una nueva ventana al pasado de los neandertales en Europa.

La importancia de este hallazgo radica en que se trata del ejemplo más antiguo encontrado en el continente que evidencia una huella dactilar marcada con pigmento en un contexto no utilitario, lo que indica un comportamiento simbólico más complejo del que se pensaba.

La pieza en cuestión es un canto rodado de roca granítica que fue depositado por los neandertales hace aproximadamente 43.000 años. En su superficie, se observó un punto rojo pintado con ocre, en el que se identificó claramente una huella dactilar humana, presumiblemente de un neandertal, mediante técnicas multiespectrales y análisis forense.

Este hallazgo ha sido posible gracias a avanzadas técnicas científicas como la microscopía electrónica de barrido (SEM) y análisis multiespectrales, que han demostrado que el objeto fue manipulado de forma deliberada para fines simbólicos, no relacionados con la utilidad práctica.

La presencia del pigmento y la huella en conjunto sugieren que los neandertales tenían capacidades cognitivas para proyectar pensamientos abstractos y comunicar ideas a través de objetos materiales, una característica que se atribuye, en menor medida, a los primeros Homo sapiens.

Este descubrimiento no solo representa un avance significativo en la comprensión del comportamiento de los neandertales en Europa, sino que también contribuye a la valoración del patrimonio cultural en Castilla y León.

La región alberga uno de los conjuntos arqueológicos más ricos del Paleolítico Medio en la península, con yacimientos que datan entre 41.000 y 44.000 años atrás, en pleno período musteriense. Entre estos, destacan el Abrigo del Molino y el Abrigo de San Lázaro, que contienen niveles de ocupación neandertal con restos y artefactos que reflejan su modo de vida.

El Abrigo de San Lázaro, en particular, es considerado uno de los yacimientos más ricos y extensos desde una perspectiva geoarqueológica. Además de albergar el depósito sedimentario con mayor cantidad de niveles de ocupación neandertal en el valle del Eresma, en 2022 se halló un objeto que podría considerarse la pieza de arte mobiliar más antigua en Europa, también en el contexto de ocupaciones musteriense.

El director del proyecto, Gonzalo Santonja, ha destacado que estos yacimientos se han convertido en referentes culturales para Segovia, promoviendo actividades de divulgación como exposiciones, conferencias y visitas guiadas, que han contribuido a integrar el patrimonio arqueológico en la identidad local.

La declaración en abril de 2025 de estos yacimientos como Bienes de Interés Cultural reafirma su valor excepcional y garantiza su protección para futuras investigaciones.

La región del valle del Eresma se distingue por su concentración de yacimientos que documentan la presencia de los últimos neandertales en el occidente europeo, siendo una de las zonas más relevantes para el estudio de la evolución humana en la península.

La cueva de La Tarascona, por ejemplo, excavada en 1932, es conocida por los restos de ocupaciones con ajuares campaniformes, que evidencian la presencia de grupos humanos en la zona hace más de 30.000 años.

Este conjunto de descubrimientos refuerza el papel de Castilla y León como uno de los epicentros de la prehistoria europea, posicionando a la región en un lugar de privilegio para la investigación y conservación del patrimonio arqueológico.

La inversión en protección, investigación y divulgación continúa siendo una prioridad para las instituciones, que buscan atraer a investigadores y turistas interesados en la historia de nuestros antepasados.

En definitiva, el hallazgo en el Abrigo de San Lázaro no solo aporta pruebas concretas sobre las capacidades cognitivas de los neandertales, sino que también enriquece el patrimonio cultural que define a Castilla y León como un territorio con una profunda historia de la humanidad.