Cuando se trata de encontrar tu verdadera vocación, no hay una fórmula mágica que funcione para todos. Cada persona tiene su propio proceso y aquí te ofrecemos tips para descubrirla de manera personalizada.

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En la ciudad de Zaragoza, la vocación es un concepto que se asocia a la pasión espontánea y repentina por algo que aparece en la mente.

No obstante, no todos tienen la suerte de experimentar esta sensación de manera instantánea.

Si te encuentras en busca de tu vocación, no te preocupes, no estás solo.

A continuación, te brindamos algunas recomendaciones para ayudarte en este proceso.

En primer lugar, es importante que evites compararte con los demás.

El hecho de que algunas personas tengan claras sus ideas desde temprana edad no significa que tú no puedas encontrar tu vocación con un poco más de esfuerzo.

Cada individuo tiene su propio camino y estamos aquí para ayudarte en el tuyo.

Lo fundamental es que identifiques lo que te gusta y lo que no te gusta.

Ya hemos hablado sobre este tema anteriormente, pero recuerda que no es necesario que sean cosas específicas, pueden ser ideas generales como por ejemplo, "me gusta trabajar en equipo". Además, te recomendamos que pruebes experiencias relacionadas con tus intereses para tener una idea más clara.

Por ejemplo, si estás interesado en ser profesor, es recomendable que te involucres en algún voluntariado en una ludoteca y así descubrir cómo te sientes al tratar con niños y adolescentes.

Si pruebas algo y no te convence, no te preocupes, vuelve a tu lista de ideas y experimenta de nuevo.

La clave en este proceso es tener paciencia y estar dispuesto a probar.

Si esto no funciona, puedes tomar un enfoque inverso y pensar en lo que no te gusta hacer.

Por ejemplo, si no disfrutas hablar en público, puedes descartar carreras que requieran habilidades comunicativas.

Haz una lista de las opciones de formación que te interesan (FP Medio, Superior, Universidad, etc.) y analiza los requisitos necesarios para cada una.

Imagina que estás jugando al ¿Quién es Quién?, pero con opciones de estudio.

Por ejemplo, si no te gustan los animales, es probable que las carreras relacionadas a veterinaria no sean adecuadas para ti.

En su lugar, podrías considerar estudiar Técnico Superior en Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal, entre otras opciones.

Después de llevar a cabo estos pasos, es probable que te hayas quedado con una o dos opciones que te convencen más o menos.

Recuerda que no es necesario que te guste absolutamente todo sobre esos estudios o trabajos, sino que encuentres una motivación que te haga disfrutar al máximo.

A menos que seas una persona adinerada que puede vivir de sus rentas (lo cual no aplica a la mayoría de nosotros), pasarás muchas horas trabajando a la semana, por lo que es importante que encuentres algo que te anime a madrugar.

Sin embargo, debes tener claro que no existe el estudio o trabajo perfecto.

Por ejemplo, el proceso de escribir este artículo puede ser muy interesante, pero cuando llegas a un punto en el que te quedas en blanco y la fecha de entrega se acerca cada vez más, puede ser menos agradable.

Ahora que has identificado algo que podríamos llamar vocación, recuerda que la experiencia de cada persona es diferente.

Algunas personas sienten su vocación de forma intensa y la ponen por encima de todo lo demás.

Por ejemplo, algunos sacrifican su vida social para enfocarse únicamente en obtener la nota necesaria para ingresar a una carrera específica.

Si bien es positivo esforzarse, llegar a un punto en el que tienes que dejar de lado todo lo demás puede convertirse en un problema.

Lo bueno de no tener una vocación tan definida es que estarás abierto a considerar un plan B y si no puedes seguir tu vocación original, tendrás más flexibilidad para explorar otras opciones sin que sea un drama.

Solo necesitarás repetir el proceso de búsqueda y encontrar un nuevo camino.

¡Todo tiene su lado positivo!