Un análisis sobre la influencia de los nuevos 'prescriptores' de vida en las redes sociales y sus promesas de éxito.

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En la era digital, las redes sociales han dado origen a un fenómeno conocido como la 'cultura del influencer', donde jóvenes líderes de opinión promueven estilos de vida que van desde la riqueza hasta el éxito personal.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿son estos consejos realmente beneficiosos o simplemente trampas para generar ingresos? Con el lema de 'hackear la Matrix', jóvenes influyentes comparten una visión distorsionada de lo que significa tener éxito.

Desde levantarse a las 4:30 de la mañana para hacer ejercicio hasta participar en inversiones arriesgadas con los ahorros de su infancia, estos influencers prometen que una vida extraordinaria está al alcance de todos.

Pero, ¿a qué costo? Los hermanos de la motivación, como el famoso corredor de bolsa Jordan Belfort, glorifican una existencia de ostentación y excesos.

Examinando su icónica película 'El Lobo de Wall Street', se puede ver cómo la ambición desmedida se convierte en el eje central de la narrativa.

En este contexto, el incremento de la figura del 'hombre triunfador' parece estimular la idea de que la riqueza es la única salida de los problemas cotidianos, desde un coche viejo hasta un empleo poco gratificante.

A lo largo de los años, esta mentalidad ha sido alimentada aún más por personajes influyentes como JPelirrojo, quien en 2019 ofrecía un curso de autoayuda a un precio de 4.000€, asegurando que si sus seguidores no podían pagar 1.000€, entonces realmente no estaban interesados en cambiar sus vidas.

Este tipo de promesas de desarrollo personal y económico han encontrado un eco en muchos jóvenes que se sienten atrapados en una vida que no les satisface.

En el último lustro, la aparición de 'coaches' y 'mentores' cuya única meta parece ser captar audiencia ha proliferado.

La línea que separa la guía constructiva de la explotación económica se ha vuelto difusa.

Amadeo Llados, un reconocido influencer que se presenta como un 'mentoro' de mentalidad, afianza la idea de la competencia feroz, llevando a los jóvenes a compararse entre sí de manera constante.

Rocío Vidal, periodista e influencer, advierte sobre los peligros de idolatrar a estas figuras, afirmando que empujan a sus seguidores a creer que solo se despojarán de la mediocridad si siguen sus dictados.

Este fenómeno crea un ciclo de insatisfacción, donde se van estableciendo expectativas poco realistas que llevan a la ansiedad y la presión por el rendimiento.

Un claro ejemplo de este escenario es el podcast 'Efímero', creado por la periodista María Andrés, que busca aportar un respiro a los jóvenes sobrecargados de expectativas irreales.

Andrés enfatiza la importancia de priorizar la salud mental en medio de una cultura que ensalza la 'perfección'. Este espacio se convierte en una alternativa donde se propone reflexionar sobre la calidad de vida en lugar de buscar la validación a través de comparaciones constantes.

La espiral de consumo y las obsesiones que generan los consejos de influencers crean un ciclo vicioso que puede resultar en frustración y autocrítica.

La lucha por cumplir con estándares que cambian constantemente puede llevar a la deshumanización de uno mismo, mientras se busca desesperadamente la aprobación externa.

En conclusión, el papel de los influencers como líderes de pensamiento debe ser analizado con sumo cuidado.

La línea entre la motivación y la manipulación es frágil, y es esencial que los jóvenes desarrollen discernimiento para poder elegir qué consejos seguir y cuáles pueden ser perjudiciales para su bienestar emocional y mental.

En última instancia, buscar una vida auténtica es lo más valioso, en lugar de seguir ciegamente la huella de otros en la búsqueda del éxito.