Descubre la fascinante historia de las salas de cine en Zaragoza y cómo han influido en la cultura local a lo largo del tiempo.

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Zaragoza, una ciudad donde los cines parecen escasear hoy en día, fue alguna vez un refugio para los amantes del séptimo arte, con un notable número de salas que se extendían por casi todos sus barrios.

La profesora de Historia del Arte, Amparo Martínez Herranz, ha documentado esta rica historia en su extenso catálogo, que abarca un siglo de cines en Zaragoza, publicado en 1995.

Todo comenzó en 1905 con la aparición de las primeras salas de cine, comenzando con el Palacio de la Ilusión, ubicado en el número 31 de la Calle de los Estébanes.

A este le siguieron otros como el Cinematógrafo Novelty, en el 52 de Coso, y el Cinematógrafo Coyne, en la Calle de San Miguel, fundado por el pionero Ignacio Coyne.

Uno de los cines más emblemáticos, el Cinematógrafo Farrusini, estuvo activo de 1908 a 1913 y fue mencionado por el célebre director Luis Buñuel en sus memorias.

Destaca también el Cinema Alhambra, inaugurado en 1911 en el Paseo de la Independencia, que albergaba 850 espectadores y fue diseñado en un estilo neomudéjar por el arquitecto Félix Navarro.

Este cine fue demolido en 1965, dando paso al Cine Avenida, que solo operó hasta 1979.

El Cine Doré, que abrió sus puertas en 1914, fue renovado en 1949 y se encontraba también en el Paseo de la Independencia. Al lado del Alhambra existía el Cine Aragón, demolido en 1934, que fue reemplazado por el Actualidades, un cine más pequeño que cerró en 1979. A lo largo de los años 30, otros cines como el Goya y el Teatro Argensola enriquecieron la oferta cinematográfica de la ciudad.

En la actualidad, podemos observar cómo algunos de estos espacios han sido transformados. Por ejemplo, el antiguo Cine Elíseos, que albergó un cine-club, fue adaptado para convertirse en un restaurante de comida rápida. Esta transformación es un símbolo de cómo los cines han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos, pero también de cómo la memoria de estos espacios sigue viva.

Los cines de barrio han sido parte esencial de la cultura local, con ejemplos como el Cine Delicias y el Cine Madrid, que ofrecieron a los habitantes de sus respectivos barrios la oportunidad de disfrutar del cine sin tener que desplazarse al centro.

Sin embargo, la llegada de la televisión y otras formas de entretenimiento han llevado a que muchas de estas salas cierren sus puertas.

A pesar de todo, la tradición cinematográfica en Zaragoza no ha desaparecido. La ciudad es la cuna de importantes cineastas como Luis Buñuel y ha dado lugar a producciones que han dejado huella en el panorama nacional. La Filmoteca de Zaragoza, inaugurada en 1981, se ha convertido en un bastión del cine clásico y contemporáneo, ofreciendo proyecciones y ciclos sobre directores renombrados.

El Colegio Mayor Pedro Cerbuna ha mantenido vivo el espíritu del cineclub desde 1973, donde se proyectan películas a precios accesibles, permitiendo a los jóvenes disfrutar del cine en un ambiente comunitario.

Además, el proyecto municipal Distrito 7, que busca establecer una Escuela Audiovisual, es un reflejo del compromiso de la ciudad con el arte cinematográfico.

La historia de los cines en Zaragoza es un testimonio de la evolución cultural de la ciudad, un legado que sigue influenciando a nuevas generaciones, y que merece ser recordado y celebrado.

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