OpenAI ha manifestado interés en comprar el navegador Chrome de Google si un tribunal ordena su venta en medio de un caso antimonopolio que podría cambiar el panorama tecnológico.
En medio de una batalla legal que podría marcar un antes y un después en la industria tecnológica, OpenAI ha expresado públicamente su interés en adquirir el navegador Chrome de Google, en caso de que un tribunal federal ordene la venta del mismo.
Esta posibilidad surge en el contexto de un proceso judicial en Estados Unidos que busca desmantelar lo que se acusa como un monopolio ilegal en el mercado de búsquedas en línea.
El caso, promovido por el Departamento de Justicia de EE.UU., ha puesto en jaque a Google, que enfrenta acusaciones de prácticas anticompetitivas que han llevado a una posición dominante en el mercado. La demanda busca no solo limitar la influencia de Google en las búsquedas, sino también ordenar la venta de ciertos activos, entre ellos, el popular navegador Chrome y el sistema operativo Android.
Durante su declaración en Washington, Nick Turley, director de producto de ChatGPT, de OpenAI, manifestó que la compañía estaría dispuesta a adquirir Chrome si el tribunal dicta que Google debe venderlo como parte de las medidas correctivas.
La posible venta del navegador, considerado uno de los más utilizados a nivel mundial, podría abrir paso a nuevas dinámicas en el mercado y ofrecer mayor competencia.
Históricamente, Google ha dominado el mercado con una cuota superior al 65% en búsquedas en línea y un control casi total sobre el sistema operativo móvil Android, que alimenta a más del 70% de los teléfonos inteligentes en todo el mundo.
La adquisición de Chrome, lanzado en 2008, fue un movimiento estratégico para consolidar su ecosistema digital, pero también ha sido objeto de múltiples investigaciones antimonopolio en diferentes países.
Según reportes de medios especializados, Turley afirmó que en julio pasado OpenAI contactó a Google para explorar la posibilidad de acceder a su tecnología de búsqueda para integrar en ChatGPT, su potente modelo de inteligencia artificial.
Sin embargo, Google rechazó la propuesta en agosto, argumentando que ello podría favorecer a demasiados competidores en el mercado. Hasta la fecha, no existe ninguna alianza formal entre ambas compañías en este ámbito.
Este escenario se enmarca en una tendencia global hacia una mayor regulación del poder de las grandes tecnológicas, que en las últimas décadas han establecido monopolios casi absolutos en diversos segmentos del mercado digital.
La Unión Europea, por ejemplo, ha impuesto multas millonarias a Google por prácticas anticompetitivas, y en Estados Unidos, el caso actual podría marcar un precedente importante.
El resultado final de este proceso judicial aún está por definirse, pero si se dicta la venta de Chrome, no sería la primera vez que un gigante tecnológico se ve obligado a desprenderse de activos.
En 2004, Microsoft enfrentó una situación similar en Europa, que derivó en la venta de su navegador Internet Explorer en favor de alternativas como Mozilla Firefox.
Mientras tanto, la industria tecnológica se mantiene atenta a cada movimiento, ya que el desenlace de esta disputa podría generar cambios profundos en la estructura del mercado, favoreciendo la competencia y la innovación.
La posibilidad de que OpenAI adquiera Chrome, en particular, ha generado interés entre analistas y consumidores, que ven en ello la oportunidad de abrir nuevos caminos en la integración de inteligencia artificial y navegación web.
En definitiva, este caso representa un punto de inflexión en la regulación de los monopolios tecnológicos, y su resolución podría definir el rumbo de la competencia digital en los próximos años, promoviendo un ecosistema más abierto y diverso.
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