Los precios de las naftas en Argentina continúan en escalada, con incrementos superiores al 40% en un año, mientras que las ventas totales de combustibles en las estaciones de servicio disminuyen, especialmente por el retroceso en la demanda de gasoil común. Sin embargo, los combustibles premium consolidan su crecimiento, impulsados por factores tecnológicos y de calidad que responden a las necesidades de los vehículos modernos y las preferencias de los consumidores.
Durante el último año, Argentina ha experimentado una marcada escalada en los precios de los combustibles, con aumentos que superan el 40% para la nafta súper y más del 30% para la gasolina premium.
Según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, en octubre, el mercado de combustibles mostró señales de desaceleración en la actividad comercial: las ventas totales en las estaciones de servicio cayeron aproximadamente un 1,2% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Esta disminución fue principalmente impulsada por una notable reducción en la demanda de gasoil común.
En detalle, las principales empresas petroleras del país mostraron diferentes comportamientos en sus ventas durante octubre. YPF, la estatal argentina, logró un crecimiento interanual del 3,49%, mientras que Axion Energy también reportó un leve incremento del 0,68%. En contraste, Shell sufrió una caída significativa del 11,65%, a pesar de despachar unos 321,9 millones de litros en ese mes, posicionándose como la segunda firma en volumen tras YPF, que vendió cerca de 797 millones de litros.
Las tres compañías concentraron aproximadamente el 90% de las ventas de combustible en el país.
Un dato llamativo es que en algunas estaciones Shell, el precio del litro de nafta V-Power supera los 2.660 euros, equivalentes a más de 3000 dólares estadounidenses en valores actuales. Sin embargo, estos números no incluyen los volúmenes comercializados a granel a distribuidores ni las ventas directas a las industrias y al sector agrícola.
Pese a la baja generalizada en el consumo, un fenómeno que resalta en octubre es el crecimiento sostenido de las ventas de combustibles premium. Mientras la demanda de combustibles comunes decrece, las ventas de nafta de mayor calidad aumentaron aproximadamente un 7,08% respecto al mismo mes del año pasado, y el gasoil especial también creció en torno al 6,18%.
Este escenario plantea una pregunta: ¿por qué, en un contexto de menor consumo, muchos automovilistas prefieren adentrarse en los combustibles más caros y de mayor calidad?
Una de las razones principales radica en la evolución tecnológica de los vehículos modernos.
Los autos más recientes, tanto de gasolina como diésel, demandan combustibles de mejor calidad, con menor contenido de azufre y mayores niveles de octanaje, para garantizar su correcto funcionamiento.
Según Sandra Yachelini, vicepresidenta comercial y de marketing de Axion Energy, en Argentina, el diésel común todavía tiene hasta 800 partes por millón de azufre, lo cual no resulta adecuado para los motores de última generación que se utilizan hoy en día en camiones, tractores y maquinaria agrícola.
En el caso de las naftas, aunque pocos motores exigen características específicas de las versiones premium, la tendencia en la compra de vehículos nuevos y eficientes ha llevado a que los consumidores prioricen combustibles con mayor octanaje y menor contenido de azufre para optimizar el rendimiento y proteger sus motores.
La capacidad de combustión más eficiente de las naftas premium y la percepción de una experiencia de mayor calidad, acompañada de promociones y mejores servicios en las estaciones, también incentivan su consumo.
De acuerdo con estudios realizados por investigadores como Santiago Cerutti de la Universidad Nacional de La Plata, los clientes que valoran la experiencia y la calidad en todos los aspectos —desde una buena comida hasta la atención y las instalaciones modernas— tienden a preferir combustibles superiores.
La competencia en el mercado, tradicionalmente basada en precios y ubicación, está migrando hacia una oferta que prioriza la calidad integral.
Este fenómeno refleja un cambio en el mercado de combustibles: aunque las ventas totales bajan, la demanda de productos de alta calidad continúa en aumento.
La inversión en formulaciones más avanzadas y en mejoras tecnológicas indica que la tendencia de los combustibles premium no solo se mantendrá, sino que se acentuará en los próximos años.
En un contexto en el que el mercado para otros productos se reduce, los combustibles de calidad superior emergen como la opción que más crece y que capta la atención de los consumidores más exigentes y conscientes del cuidado de sus vehículos.