Las devastadoras inundaciones y deslizamientos en Sri Lanka dejan más de 600 fallecidos y miles de afectados, mientras las autoridades y la comunidad internacional movilizan recursos para hacer frente a la crisis.

Sri Lanka ha sido azotada por una de las peores catástrofes naturales en su historia reciente, con un saldo que supera los 600 muertos y más de 190 personas reportadas como desaparecidas.

Las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra, considerados por expertos como una de las peores emergencias climáticas en la región del sur de Asia, han afectado a aproximadamente 2,1 millones de habitantes en toda la isla, dejando a casi 90,000 personas desplazadas de sus hogares.

Estas cifras, proporcionadas por el Centro de Gestión de Desastres de Sri Lanka, reflejan la magnitud de la tragedia que ha golpeado tanto a comunidades rurales como urbanas.

Históricamente, Sri Lanka ha enfrentado desastres relacionados con el clima, pero la intensidad y el alcance de esta crisis superan en mucho eventos anteriores, situándose entre las peores en décadas.

Según datos históricos, las inundaciones en 2016 y 2003 ocasionaron daños significativos, pero la actual situación ha sido calificada por las autoridades como una de las peores en los últimos 50 años.

Las lluvias persistentes, que según el Departamento de Meteorología del país aún podrían continuar en las próximas horas, han provocado que las autoridades emitan alertas y recomendaciones a la población para evitar nuevas tragedias.

Se teme que, si las lluvias se mantienen, las condiciones puedan empeorar, incrementando aún más la cantidad de afectados y dificultando las labores de rescate.

La comunidad internacional no ha tardado en responder. Países como India, Estados Unidos, Rusia, Australia, Nepal, Pakistán, Maldivas, Japón y Nueva Zelanda han enviado suministros, personal de rescate y ayuda financiera para atender la emergencia.

Además, organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han lanzado campañas de donación para asistir a las comunidades más vulnerables.

Presuntamente, el gobierno de Sri Lanka también está solicitando ayuda adicional, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) está considerando una solicitud de financiamiento de aproximadamente 180 millones de euros, equivalente a unos 200 millones de dólares, mediante el Instrumento de Financiamiento Rápido, para hacer frente a la devastación causada por la tormenta.

El ciclón Ditwah, que supuestamente fue uno de los factores principales en la intensificación de las lluvias, se enmarca en una temporada de tormentas tropicales particularmente activa en la región, una de las más severas de las últimas décadas.

La confluencia de hasta tres ciclones en la zona ha agravado la situación, afectando también a países vecinos como Indonesia, Tailandia, Maldivas y partes de Bangladesh, acumulando en total más de 1,8 mil muertos y centenares de desaparecidos.

Mientras tanto, las autoridades de Sri Lanka trabajan sin descanso para atender a las víctimas, distribuir ayuda y evaluar los daños. La situación sigue siendo crítica, y la comunidad internacional continúa brindando apoyo en un esfuerzo conjunto por superar esta tragedia que ha marcado un antes y un después en la historia reciente del país.