En una noticia que conmueve al Reino Unido, se ha confirmado la muerte de Donald Rose, quien fue considerado el último veterano vivo de la Segunda Guerra Mundial en el país.

Rose falleció a los 110 años en su residencia en Erewash, un municipio en Derbyshire, según informó el Ayuntamiento local y la BBC. La longevidad de Rose ha generado interés no solo por su edad, sino también por su participación en eventos cruciales de la historia mundial.

Nacido en Westcott, Surrey, Rose se unió al ejército británico a los 25 años, momento en el que comenzó su recorrido en las filas del Regimiento Real de la Reina.

Supuestamente, su entrenamiento incluyó especialización como francotirador, una tarea que requería precisión y valentía. Durante su servicio, Rose estuvo presente en varias campañas en África y Europa, participando en operaciones que marcaron la historia militar del siglo XX.

Uno de los momentos más destacados de su servicio fue durante el desembarco en Normandía, conocido como Día D, en junio de 1944. Allí, supuestamente, recibió un disparo en una de sus piernas, lesión que no le impidió continuar con su misión y que se convirtió en parte de su legado de resistencia.

Además, formó parte de la división responsable de liberar Bergen-Belsen, uno de los campos de concentración más notorios en Alemania, un acto que supuso un punto de inflexión en la derrota del nazismo.

Durante su estancia en el norte de África, Rose sirvió en la 7ª División Blindada, creada para fortalecer la presencia británica en Egipto y el norte de África.

Supuestamente, fue en ese entorno donde desarrolló su teoría sobre la longevidad, atribuyendo su vitalidad al consumo de agua salada, práctica que adoptó durante su despliegue en la región.

La historia de Rose se ha convertido en símbolo de resistencia y perseverancia, y fue galardonado con la Legión de Honor de Francia, la condecoración más importante del país, en reconocimiento a su valentía y servicio.

La figura de Rose no solo representa la historia militar sino también la memoria colectiva de una generación que enfrentó la barbarie de la guerra.

La noticia de su fallecimiento ha generado múltiples homenajes y recordatorios de la importancia de valorar y preservar la historia de quienes combatieron por la libertad.

La longevidad de Rose, que supuestamente superó los cien años, es un testimonio de los avances en salud y calidad de vida, y su historia seguirá siendo inspiración para futuras generaciones.