Las autoridades de Etiopía confirman que el reciente brote de fiebre hemorrágica en Jinka es causado por el virus Marburgo, activando una respuesta global para contener la emergencia y proteger a la población.
El Ministerio de Salud de Etiopía anunció este viernes que los casos recientes de fiebre hemorrágica en la ciudad de Jinka, ubicada en la región sur del país, son atribuibles al virus Marburgo, tras realizar análisis genómicos en el Laboratorio Nacional de Referencia del Instituto Etíope de Salud Pública.
Supuestamente, los estudios revelan que el virus pertenece a una línea genética similar a las cepas detectadas previamente en otros países del este de África, lo que sugiere un patrón de propagación regional.
Este brote ha provocado una respuesta rápida por parte de las autoridades sanitarias nacionales, quienes han desplegado un equipo multidisciplinario de respuesta inmediata en la zona afectada.
La estrategia contempla intensificar la vigilancia epidemiológica, realizar rastreos exhaustivos de contactos, aislar a los pacientes infectados, ofrecer tratamiento especializado y promover campañas de concienciación para la comunidad.
Además, se han activado los Sistemas de Gestión de Incidentes de Emergencia en Salud Pública tanto a nivel nacional como regional para coordinar eficazmente los esfuerzos de contención.
Hasta ahora, el Hospital General de Jinka ha reportado aproximadamente seis muertes presuntamente relacionadas con el brote, aunque las cifras oficiales del Ministerio de Salud aún no las han confirmado por completo.
La organización sanitaria subraya que, a fecha de hoy, no se han registrado nuevos casos sospechosos o sintomáticos relacionados con el brote, lo que podría indicar que las medidas de control están comenzando a dar resultados.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, elogió la rapidez y transparencia con la que el gobierno etíope ha respondido a la crisis.
En un mensaje difundido en sus redes sociales, Tedros destacó que "esta acción demuestra el compromiso del país por controlar rápidamente el brote".
Asimismo, informó que la OMS colabora activamente con las autoridades sanitarias etíopes en todos los niveles para contener la propagación del virus, tratar a los afectados y reducir el riesgo de transmisión a través de las fronteras.
Se presume que la enfermedad comenzó con un hombre que falleció hace aproximadamente 20 días, y que posteriormente se han registrado 8 casos vinculados, en su mayoría personas que tuvieron contacto cercano con el paciente inicial.
El doctor Biniam Asrat, director médico del Hospital General de Jinka, explicó que la enfermedad parece haberse iniciado en un individuo que murió hace casi tres semanas, y que los casos posteriores surgieron 13 días después del deceso del primer paciente.
Las fiebre hemorrágicas virales, entre ellas el virus Marburgo, el Ébola, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y la fiebre de Lassa, representan un grupo de enfermedades con potencial epidémico que afectan a diversas regiones del mundo.
Estas patologías comparten signos y síntomas similares, que en las etapas iniciales incluyen fiebre alta, fatiga, mareos, dolores musculares, debilidad y agotamiento extremo.
Sin embargo, la gravedad y el pronóstico varían según el tipo de virus y la rapidez con la que se reciba atención médica.
Supuestamente, el virus Marburgo fue detectado por primera vez en 1967 en Alemania, tras brotes en laboratorios de investigación relacionados con monos importados de Uganda.
Desde entonces, se han registrado brotes esporádicos en África, principalmente en Uganda, Angola y Kenia. La rápida movilización de recursos y la cooperación internacional han sido fundamentales en el control de estos brotes, aunque la amenaza persiste en diversas regiones.
En el contexto actual, la respuesta ante el brote en Etiopía refleja la importancia de la vigilancia epidemiológica y la coordinación internacional para evitar una posible propagación transfronteriza.
Las autoridades sanitarias llaman a la población a mantener medidas de higiene rigurosas y a reportar cualquier síntoma sospechoso para prevenir una expansión mayor de la enfermedad.
La comunidad internacional sigue atenta y lista para brindar apoyo en la contención de esta peligrosa enfermedad que, si no se controla a tiempo, puede convertirse en una crisis sanitaria de gran escala.