La justicia brasileña impone penas a dos aficionados chilenos por conductas racistas durante partidos de fútbol en Río de Janeiro, prohíbiéndoles asistir a eventos públicos por tres años.
La justicia en Brasil ha dictado una sentencia que sorprende en el ámbito deportivo y social, condenando a dos ciudadanos chilenos a dos años de prisión por comportamientos racistas durante partidos de fútbol en Río de Janeiro en mayo de 2023.
Aunque ambos pueden evitar la cárcel mediante el pago de una multa, la sentencia incluye una restricción de tres años para asistir a eventos deportivos, artísticos o culturales públicos en todo el país.
Se trata de Gianny Antonio González de La Vega Gálvez y Baltazar Martín López, quienes fueron acusados de realizar gestos racistas frente a las hinchadas rivales en encuentros de alto perfil en el estado de Río.
Según el Ministerio Público del Estado, González de La Vega Gálvez hizo gestos similares a los monos en un partido entre Botafogo y Universidad de Chile, mientras que López replicó esta conducta en un encuentro entre Fluminense y Unión Española.
Estas conductas, lamentablemente, no son nuevas en el fútbol latinoamericano, donde los insultos y gestos racistas aún persisten, a pesar de los esfuerzos por erradicarlos.
Históricamente, el racismo en el deporte ha sido una problemática presente desde hace décadas en Sudamérica, donde en los años 80 y 90 se registraron múltiples incidentes similares.
La FIFA y las federaciones nacionales han implementado campañas para sensibilizar y sancionar estas conductas, pero todavía hay casos como estos que evidencian que el camino por recorrer es largo.
La reacción de la justicia brasileña refleja un compromiso claro con la dignidad humana y la lucha contra toda forma de discriminación.
Según las denuncias, los hinchas supuestamente gesticularon como monos, un insulto frecuente en el fútbol latinoamericano dirigido especialmente contra jugadores negros.
La conducta fue grabada y difundida en medios locales y redes sociales, generando rechazo generalizado en la comunidad deportiva y en la sociedad civil.
El tribunal resaltó en su fallo que, aunque el fútbol suele ser una fuente de pasión y unión, los límites de la legalidad y el respeto deben mantenerse en todo momento.
La decisión ha sido vista como un ejemplo para otros países de la región, donde aún persisten episodios similares que ensombrecen la imagen del deporte rey.
Por otra parte, la ley brasileña contempla la posibilidad de que los condenados paguen una multa para evitar la cárcel, pero la prohibición de asistir a eventos públicos durante tres años busca enviar un mensaje contundente contra el racismo.
La medida se enmarca en una tendencia mundial de sancionar conductas discriminatorias en el deporte, promoviendo un ambiente más inclusivo y respetuoso.
En un contexto más amplio, estos incidentes reavivan el debate sobre la necesidad de mayor educación y controles en los estadios, así como campañas de sensibilización dirigidas a los aficionados.
La historia del fútbol en Sudamérica está marcada por momentos de grandeza y también por episodios oscuros relacionados con el racismo, pero acciones como esta sentencia representan un paso hacia adelante en la lucha por la igualdad y el respeto en el deporte.
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