El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha decidido que la retaliación contra Irán se restringirá a objetivos militares, dejando de lado infraestructura crítica como las instalaciones nucleares y el petróleo.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha acordado que su respuesta a Irán tras el reciente ataque con misiles del 1 de octubre se limitara exclusivamente a objetivos militares, según informa The Washington Post.
Este enfoque tiene como finalidad evitar que la situación escale y cause repercusiones en la política estadounidense, ya que el mes que viene se celebrarán elecciones en EE.
UU.
De acuerdo con el informe, Netanyahu ha comunicado a la administración de Biden que los ataques se enfocarían en objetivos de naturaleza militar, evitando la infraestructura de petróleo y las instalaciones nucleares iraníes.
Esta decisión parece estar alineada con las recomendaciones del gobierno estadounidense, que ha instado a Israel a no bombardear sitios críticos que puedan intensificar el conflicto en la región.
Un funcionario mencionado en el artículo afirmó que la respuesta de Israel a la ofensiva misilística iraní será cuidadosa y calculada, procurando no dar la impresión de que está interviniendo en el proceso electoral estadounidense.
La oficina del Primer Ministro israelí emitió un comunicado que subraya la importancia de actuar conforme a los intereses nacionales de Israel, aunque se toman en cuenta las opiniones de Estados Unidos.
Mientras tanto, Israel ha intensificado sus ataques contra los militantes de Hezbollah, resultando en la muerte de al menos 21 personas durante un bombardeo en el norte de Líbano, según informes de la Cruz Roja.
Esta situación ha forzado a millones de israelíes a buscar refugio ante los proyectiles lanzados desde el lado libanés. Las operaciones de Israel hasta ahora se habían concentrado principalmente en el sur del país, en el valle de Bekaa y en los suburbios de Beirut.
El ataque aéreo en Aitou, una localidad del norte de Líbano con una mayoría cristiana, afectó a una casa que estaba alquilada a familias desplazadas por el conflicto.
Según el alcalde local, Joseph Trad, esta acción ha generado nuevas olas de desalojo en una ya frágil región que ha vivido tensiones intermitentes a lo largo de las últimas décadas.
Es crucial recordar el vínculo histórico entre Israel e Irán, el cual ha sido marcado por enfrentamientos y tensiones políticas desde la Revolución Islámica de 1979.
Las relaciones negativas entre ambos países han contribuido a la inestabilidad en Oriente Medio, y estas tensiones se han visto reflejadas en diversos conflictos armados y ataques aéreos a lo largo de los años.
La comunidad internacional observa de cerca la situación, preocupada por una posible escalada que podría desencadenar un conflicto más amplio en la región.
A medida que Israel toma medidas para responder a las provocaciones, el futuro de las relaciones en Oriente Medio continúa siendo incierto.