Las autoridades de Idaho encuentran muerto al sospechoso del ataque que provocó la muerte de dos bomberos durante un incendio forestal, movilizando a fuerzas federales en un operativo que generó gran conmoción en la región.

Supuestamente, las autoridades en Idaho han localizado muerto al presunto responsable del tiroteo que cobró la vida de al menos dos bomberos durante un incendio forestal en la montaña Canfield, ubicada en la localidad de Coeur d’Alene, en la frontera norte con Canadá.

La noticia ha generado gran revuelo en la región y ha movilizado a las fuerzas federales, que acudieron en apoyo tras reportes de una posible emboscada.

El incidente ocurrió en un contexto en el que Idaho, estado con una historia marcada por incendios forestales recurrentes y una fuerte presencia de cuerpos de emergencia, ha enfrentado en los últimos años una serie de desafíos relacionados con la seguridad y la protección civil.

La región de Coeur d’Alene, famosa por su belleza natural y su ecosistema, ha sido escenario de diversos incendios en épocas recientes, algunos de los cuales han sido combatidos con técnicas innovadoras, incluyendo barreras naturales y controlados en áreas protegidas.

Según informes preliminares, la balacera comenzó alrededor de las 14:00 hora local (22:00 GMT) cuando los bomberos acudieron a apagar un incendio en la montaña Canfield.

Presuntamente, durante la operación, el agresor abrió fuego contra los rescatistas, resultando en la muerte de dos de ellos y dejando a varios más heridos.

La gravedad del ataque llevó a que se emitiera una orden de búsqueda de refugio para los residentes en el área, mientras las autoridades intensificaban la búsqueda del sospechoso.

La Oficina del Alcalde del Condado de Kootenai confirmó que las fuerzas especiales del equipo SWAT localizaron al sospechoso muerto en la misma montaña, junto a un arma de fuego.

Aunque todavía no se ha revelado la identidad del fallecido, se presume que se trata del autor del tiroteo, cuyo motivo aún se desconoce. La escena del crimen fue acordonada y la investigación está en curso para determinar si existieron vínculos con otros incidentes de violencia en la región.

El gobernador de Idaho, Brad Little, expresó su pesar por la pérdida de los bomberos y aseguró que se están tomando todas las medidas necesarias para reforzar la seguridad en la zona.

Además, el subdirector del FBI, Dan Bongino, informó que agentes federales se desplazaron inmediatamente a la escena para brindar apoyo táctico y operativo, en un esfuerzo coordinado para mantener el control y garantizar la protección de los residentes.

Por su parte, la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, manifestó que el Departamento de Seguridad Nacional estaba monitoreando activamente la situación, mientras que la fiscal general del país, Pam Bondi, agradeció públicamente la colaboración del FBI y las autoridades locales en la gestión del incidente.

Este suceso se suma a la preocupante estadística de tiroteos masivos en Estados Unidos, donde en lo que va de 2025 se han registrado al menos 189 incidentes en los que cuatro o más personas han sido alcanzadas por disparos, sin contar al agresor, según datos de la organización civil Gun Violence Archive.

La tragedia en Idaho evidencia la creciente problemática de la violencia armada en el país, que sigue siendo un tema de debate y preocupación social.

Supuestamente, algunos expertos consideran que la tensión en zonas rurales y la disponibilidad de armas de fuego contribuyen a esta ola de violencia, aunque las autoridades insisten en que se están implementando medidas para mejorar la seguridad y prevenir futuros incidentes.

La comunidad espera respuestas claras y acciones concretas para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro cercano.