El Aquarium Finisterrae expone una nueva colección de luras, capturadas en la ría de La Coruña, lo que resalta la biodiversidad marina de la región.
En La Coruña, Galicia, el famoso Aquarium Finisterrae ha dado la bienvenida a un nuevo grupo de luras de la variedad Loligo vulgaris, que han sido capturadas recientemente.
Un equipo de biólogos marinos se encargó de este proceso en la ría coruñesa, específicamente en el área comprendida entre la Guisanda y el puerto de Oza.
Gracias a las óptimas condiciones del mar y a la abundancia de sardinas, las luras han podido ser localizadas con mayor facilidad, lo que ha incrementado su presencia en estas aguas.
Estas luras fueron trasladadas primero a un tanque de cuarentena, donde rápidamente se adaptaron antes de ser trasladadas a su nueva casa: un tanque cilíndrico en el que los visitantes del aquarium pueden observarlas en su hábitat simulado.
Gonzalo Castro, concejal de Cultura y Turismo, expresó su satisfacción con respecto a las labores realizadas en el museo, que ha visto aumentar su número de visitantes.
"Cada día trabajamos en mejorar tanto el contenido como las instalaciones, algo que se demuestra en las recientes reformas del sanatorio de focas," aseguró Castro.
La especie de lura Loligo vulgaris se caracteriza por ser un molusco cefalópodo que habita principalmente en el Atlántico oriental, abarcando desde el Mar del Norte hasta las costas del suroeste africano y el Mediterráneo.
Se pueden encontrar en profundidades que alcanzan hasta los 500 metros, alimentándose principalmente de peces y crustáceos. Los machos suelen medir entre 12 y 48 centímetros, mientras que las hembras tienen un tamaño ligeramente menor, oscilando entre 16 y 40 centímetros.
En promedio, estos organismos marinos tienen una esperanza de vida de alrededor de un año.
Entre las características más fascinantes de las luras se encuentra su habilidad para cambiar de color, un proceso controlado por cromatóforos en su manto.
Esta capacidad no solo les permite camuflarse ante potenciales depredadores y presas, sino que también les sirve como medio de comunicación entre ellos.
Un dato curioso que destaca la singularidad de estos animales es que poseen tres corazones: uno dedicado a bombear sangre al cuerpo, mientras que los otros dos se encargan de la circulación hacia las branquias.
La introducción de estas luras al Aquarium Finisterrae no solo enriquece la biodiversidad que se puede apreciar, sino que también promueve una mayor concienciación sobre la importancia de la conservación marina.
Así, La Coruña continúa siendo un referente en la promoción de la cultura y la educación relacionada con el medio ambiente.